martes, 7 de abril de 2015

El manuscrito del Gaslight Anthem

Publicado en Letras Explicitas el 22 de octubre de 2012
Lo primero que sorprendió de The Gaslight Anthem fue su sinceridad. El hecho de que su segundo disco se llamara The 59 sound (2008) daba cuenta de que a estos chavales de New Jersey podía interesarles todo menos revolucionar la música. Cuando mucho usarla como la usa cualquiera que no nace en New York, San Francisco, Los Ángeles o Chicago: Salir del aburrimiento y buscarse una vida más interesante. https://www.youtube.com/watch?v=G1lq40tR72Q Este indie suburbano es apasionado pero no es furioso como el punk. No se intenta salvar al mundo sino a uno mismo. Por ello Brian Fallon canta con un sentido de urgencia y emergencia que no desagarra pero retumba. Por ello no les vino mal juntarse con Springsteen y sumarse a esa corriente que busca el sueño americano a cualquier costo, incluso a costa de criticarlo y denunciarlo hasta las entrañas. Otra cosa hubiera sido que se sumaran al grunge sin reservas y cantaran siempre como perdedores aspirando a perder. Otra también, estaría siendo si hubieran elegido al emo y no miraran contexto. Al final, son todas esas categorías punk, emo, grunge más folk más playa… rock and roll sonando a viejo para refrescar, como refrescaron el rock de la costa atlántica de New Jersey que se ha convertido en toda una corriente musical. Y si. En su último disco “Handbwritten” queda claro que estos “fab 4” fueron capaces de nuevos aires. Recrean atmosferas guitarreras básicas que suenan como si nada más tuviera sentido para crear una atmosfera narrativa que borda sobre temas tan introspectivos como naturales en una sociedad derruida en valores: la incapacidad de cambiar en un lugar que no te deja seguir igual, la puesta del alma en cada intento fracasado, el diablo que con todos y sus pecados no tiene que esconder. Personajes que pasan la vida en el pórtico recapitulando la última caída. “Cualquiera que haya sido frustrado por una pareja, un trabajo o por uno mismo, sobre todo, puede escuchar a The Gaslight y compartir la sensación de energía que da saberse no entendido.”, dice Nick Hornsby. https://www.youtube.com/watch?v=Lf-rEslupnY Para rematar hay que decir que el disco fue grabado en Nashville. Ahí donde cualquier cosa logra sonar “rootstica” y sincera. Es el caso. No lo hubieran necesitado, pero ello, más la producción de Brendan Obrien (Pearl Jam, RATM, Bruce Springsteen) le dan a The Gaslight Athem y su último disco, la fuerza y la profundidad que les ha ameritado calificaciones de 9 sobre 10 dentro del universo alternativo. Tal cual, no son nada nuevo, pero renuevan la confianza en el rock, empoderan para cada día y ayudan a mirarse y a mirar para adelante. Artista: The Gaslight Anthem. Disco: Handwritten. Año: 2012. Disquera: Mercury. Productor: Brendan Obrien.

martes, 19 de junio de 2012

lunes, 7 de mayo de 2012

Patti Smith en el Diego Rivera

El 5 de mayo en el Diego Rivera, vimos a una banda que no perdonó decibeles y destrozó todo el alrededor. Vimos a una mujer que derrumbó todo para levitar nosotros. Vimos a la reyna del punk. Vimos el cruce de Bowery y Bleecker. Vimos a Ginsberg, a Janis, a su Robert y a Warhol. Vimos la dignidad de una mujer rabiosa, freaky, feliz. Fuimos la furia de nuestros idilios en el CBGB. Vimos a una extenuante mujer emocionada y emocionante que lloró y se conmovió. La vimos sabia y energética orgullosa de su cancionero añejo. Abrió con “Dancing barefoot” y cerró con “Rock and roll nigger”, asfixió con “Because the night” y la banda celebró con: ¡¡“born to loose” de Jonnhy Thunders!!! La vimos arrastrarse y contorsionarse. Desgañitamos con “people have the power”. Vimos Washington Square y William Blake. Vimos al mentor Harri Smith, paseamos por el Chelsea bajo luna llena. Nos sentamos en el Max Kansas y vagamos en St. Marks. Vimos la suciedad urbana que limpió al rock. Fuimos múltiples generaciones y barrios de antaño. El 5 de mayo en el Diego Rivera: Vimos a una época.

viernes, 4 de mayo de 2012

Mark Lanegan: “Blues Funeral”. La luminosidad del negro.

Nunca fue la idea de Mark Lanegan comerse el pastel de un solo bocado. Tras ser figura indispensable del surgimiento del grunge en los 90 avanza discreto, a pasos lentos, seguro de que los clímax que más valen llegan sin pretenderlos pero con la audacia permanente del explorador. De la furia metalera pasó al blues y al rock oscuro abonando a su escencia mítica. Pero cuando comenzábamos a palparlo asentado y resignado a ser la voz de la creatividad de Isobell Campbell, sorprende con un disco propio, que cuaja y alucina profundo en los sentidos. Un disco elegante en donde Lanegan es inconfundible pero donde la crudeza de otras veces se diluye en elegancias atmosféricas que lo hacen sumamente acogedor. Con “Blues Funeral” confirma que es un grande al que no le interesa emerger al maisntream. Lo suyo es cualquier cosa que suene a coladera: Conjugar voces fantasmagóricas con ambientes etéreos con riff de garaje con acústicos llenos de melancolía con rudeza y rasposidad a la Tom Waitts con trasfondos a veces trip – hoperos a veces densos a veces cordiales a veces angustiantes. Hoy, más que nunca, emotivos. Es, como él, un disco oscuro que de ninguna manera puede pasar desapercibido cual música de fondo. Con letras sobre tormentas emocionales en las que implora a la caridad y advierte que el "el gris devino en negro" Construye ambiente, obliga a atenderse y a viajar, a soñar a alucinar y a caer y azotar…such is life. Imposible saber que sigue para él. Conociéndolo, más sencillo resulta pensar que se dedicará a seguir explorando géneros diversos con distintos grupos y colaboradores. Seguro que seguirá prestando su cavernosa voz tan socorrida en estos días. Pero seguro, también, que en cualquier momento, aunque tarde un poco, sorprende con otro disco de dimensiones tan profundas y elegantes como el “Blues Funeral” (4AD, 2012)

lunes, 22 de agosto de 2011

El Roberto de siempre


Recuerdo que lo descubrí urgando los discos de la mamá de Pablo - tuvo que haber sido en 1993- aunque no tengo idea porqué fué que me llamó la atención. Ni la portada, ni los nombres tendrían que haberme dicho algo pero desde entonces el "Sesiones con Emilia" de Roberto (Gonzalez) y Jaime (Lopez) se convirtió en un disco fundamental para mi gaveta. Poco a poco me fui enterando que eso o más a significado para la mayoria de quien lo escucha y, obviamente, fui comprendiendo la relavancia de los autores en la escena rupestre que por fortuna sobrevive en el Alicia, entre otros persistentes sitios de la ciudad.

A diferencia de jaime, a Roberto Gonzalez he tenido que rastrearlo con lupa.Su voz tan polvosa y limpia como la dialectica a la que tanto acude en sus letras, me han generado una fascinanción de culto dirigida mucho más a su faceta folk que a la rockanrolera de los 80.

Sin ningun tipo de recato snob acepto que "El huerto" es principalisima en el soundtrack vital y que sus cuestionamientos funcionales han ameritado no pocos sillones y alucinaciones en tiempos muertos. Otra cosa es el "Madre mesoamerica". Más bien tremendo documento sobre mujeres esenciales de la historia del país de donde siempre me ha brincado con toda complicidad el capitulo dedicado a la Comandanta Ramona. Otra muy distinta, anclada en su territorio, es el "Alvaraderias" dedicado, a su ciudad veracruzana. Pero transversal - y estimulante para esta nota - es el "Por ahora" que recien presentó y adquirí. Incluye una nueva versión de "El Huerto" y recurre, otra vez, a las jaranas para reafirmarse, desde el subterraneo del que nunca ha salido, como uno de los más terapéuticos y esperanzadores compañantes de estos y otros tiempos. Básico.

sábado, 23 de abril de 2011

Higinio Muñoz: Luces de la militancia

Víctor García Zapata
Rebelión.org 06/04/11





La noche del 5 de febrero de 2005, en la Ciudad de Queretaro, Higinio Muñoz no durmió. La comisión organizadora del “II Dialogo Nacional” le pidió ya entrada la tarde que redactara el documento de consenso de aquel encuentro protagonizado por el Sindicato Mexicano de Electricistas, La Unión Nacional de Trabajadores, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y otras organizaciones reunidas para conmemorar el 78 Aniversario de la Constitución y acordar un plan de acción conjunto para los próximos años.

Desvelado pero sin demostrar incomodidad alguna, apareció a la mañana siguiente con el documento en mano. Pocas horas después Rosendo Flores, entonces dirigente del SME, lo leyó ante más de 3,000 trabajadores y militantes titulándolo “La Declaración de Querétaro”, quizás el último documento de consenso amplio que han producido los movimientos sociales mexicanos. Higinio, a un lado del estrado, discreto como siempre, miró con satisfacción que una vez más había logrado formulaciones en la que una amplia gama de organizaciones de distinto signo ideológico se sintieran representadas.

No solo había que tener paciencia y sensibilidad para escuchar todo lo discutido en las caóticas mesas de trabajo del Sindicato de Trabajadores de los Tres Poderes del Estado de Querétaro, había que traer a cuestas, también, un bagaje de recorridos por todo el país conociendo los problemas de la gente y las perspectivas ideológicas de las diversas organizaciones locales. Había que pretender hacer política desposeído de cualquier interés hegemónico y convencido de la necesidad de articular a los más con base en programas claros y transformadores.

* * *

Siempre fue así. No en pocas ocasiones llamó la atención lo mismo por su visión estratégica, que por su disposición a unificar a los diversos. Por tan complejo en los análisis como por la claridad y sencillez para exponerlos. Por tan firme y congruente en sus posiciones como por confiable en la interlocución. Y, quizás, más que por cualquier otro rasgo: Por su total dedicación a la lucha social.

No por nada el homenaje de cuerpo presente que realizó tras anunciarse su deceso el 19 de marzo de 2010 fue, de manera inédita tratándose de un activista incluso suspendido después del movimiento estudiantil de 1997, en el auditorio de la facultad de Ciencias de la UNAM, ante miembros de casi todas las habitualmente contrapuestas corrientes de la vasta y heterogenea izquierda social mexicana.

No por nada, tampoco, en el Memorial que se le realizó un mes después, 25 de abril, en el Museo Universitario de Arte Contemporaneo de la UNAM, se expresaron y reconstruyeron simbólicamente múltiples vínculos comunitarios tendidos por Higinio, con las más diversas luchas locales e internacionales. Se expresó ahí, además, que hablar de él es considerar tres características que debieran estar de por sí asociadas a la práctica militante: 1) puso toda su creatividad al servicio de las luchas, 2) que fue educador de muchas generaciones de activistas y 3) que aportó a la construcción de la cultura universitaria y de los movimientos sociales en general.

* * *

Con ocasión del décimo aniversario de la Huelga de la UNAM de 1999 – 2000 emprendimos una serie de pláticas con Higinio tendientes a recordar aquel episodio lo mismo trascendente para un amplio sector de jóvenes – estudiantes – activistas que borrado e ignorado de los informes oficiales de la Universidad. La intención era que a partir de aquella[ii]s pláticas lográramos reconstruir la experiencia vital de uno de las activistas universitarios y sociales más emblemáticos y enigmáticos de los últimos tiempos.[1]

Si bien, su entrada al Hospital, ya en condiciones sumamente graves, el 28 de febrero de 2010, mismo día en que falleció Carlos Montemayor, impidió completar la recuperación de todas sus experiencias, lo platicado, derivó, de cualquier manera, en el interesante relato de una vida militante y, fundamentalmente, en un profundo e inédito análisis sobre el movimiento estudiantil de 1999 – 2000.

Contó, por ejemplo, que nació en Tenango del Valle, municipio de Azoyú, en al costa chica de Guerrero el (11 de enero de 1967). Fue el único hombre entre 5 hermanas. Su padre “nunca fue militante político pero si alguien preocupado por resolver los problemas del pueblo”. A la puerta de su casa se realizaban las reuniones diarias para tomar el fresco mientras se charlaba sobre los asuntos del pueblo. No en pocas ocasiones se mencionó al legendario guerrillero Genaro Vázquez, familiar lejano de su abuela Esperanza. Él era el único niño que se quedaba a escuchar lo que decían “los grandes” y de ahí le fueron surgiendo los intereses combativos.

Para la secundaria tuvo que trasladarse a Ometepec. Miró las movilizaciones de la insurrección cívico – electoral de 1988 y más de cerca las tomas de tierras y las formación de los Buffetes Populares en defensa de la propiedad campesina de principios de los 90. Cursó parte de la prepa en Acapulco en donde leyó “La noche de Tlatelolco” de Poniatowska obteniendo sus primeras referencias sobre las luchas estudiantiles en México. También se encontró las lecturas de Lenin a quien reivindicó hasta el final de su vida, Aceptando, sin embargo, que “Por ahora no hay condiciones para el Partido Obrero”.

Después, sin avisarle a su familia, huyó al Distrito Federal para presentar el examen de admisión a la UNAM: “Para los que vivimos fuera y no tenemos recursos, pensar en estudiar en la UNAM implica toda una aspiración de trascendencia”, me dijo.

Entró al CCH – Oriente en 1986 y se encontró con un mundo de organizaciones y combatividad estudiantil que atrajo su participación. Se enroló con la Corriente en Lucha por el Socialismo. Participó discretamente en el movimiento de 1986 – 87 y para el Congreso Universitario de 1990 formó parte de la Coordinadora Universitaria que pretendía hacer contrapeso al ala “histórica” del Consejo Estudiantil Universitario. Ya como estudiante de Física en la Facultad de Ciencias, fue Consejero Universitario entre 1993 y 1995. Formó después, con muchos otros, el Comité Estudiantil Metropolitano.

En 1996 inició el trabajo por el derecho a la educación pública universitaria que actualmente es representado por el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior. En 1995 el EZLN lo nombró miembro del Comité Promotor de la Consulta Nacional de aquel año. Fue miembro de la Comisión de Análisis de la Promotora de Unidad Nacional Contra el Neoliberalismo, e impulsor de Caravanas Universitario de Trabajo Comunitario para el fortalecimiento de las autonomías locales en el estado de Guerrero.

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No dudó, durante la plática del 3 de febrero de 2010, en calificar a la Huelga del CGH, (1999 – 2000) como el proceso organizativo más importante en el que le tocó participar, y con tal intensidad fue que lo narró:

“Tas la suspensión de un año de la que fui objeto por participar en el movimiento de 1997, que interrumpió mi vida académica, pensé que mi ciclo como activista estaba ya concluido, por supuesto me veía colaborando con el Comité Estudiantil Metropolitano (CEM), pero no imaginaba volver a participar en otro movimiento estudiantil de ese nivel.

Sin embargo, cuando el 15 de marzo, en un recinto alterno, el Consejo Universitario vota el Reglamento General de Pagos consideré que había que seguir luchando contra una Reforma que en esencia significaba lo mismo por la que me habían suspendido.

Lo de 1999, nos sorprendió a todos. No solo por las dimensiones del movimiento si no por sus contenidos. Fue el primer movimiento influido por el zapatismo y, por lo tanto, tenía la obligación de no cometer los mismos errores anti-democráticos de movimientos anteriores.

Como todos los movimientos estudiantiles, aquel fue plural en tanto que fue desencadenado por una comunidad en la que convivían muchas posiciones distintas, por ello enseñanzas de los zapatistas tendrían que ser muy útiles para que todos pudieran participar.

Así empezó. Como un movimiento que aprobó procedimientos que permitieran la discusión en cada una de las asambleas de las escuelas y, de tal, manera, evitar mayoriteos en la Asamblea General del Consejo General de Huelga.

Ciertamente, desde el principio hubo sectores titubeantes que casi siempre estaban asociados con aquellos estudiantes procedentes de escuelas privadas que, aunque apoyaban el movimiento no veían a la Universidad Pública como su única opción de estudio, sin embargo hasta ellos aportaban de alguna manera: haciendo mantas, ideando actividades festivas, entre otras actividades.

Nosotros, además de pertenecer a sectores menos favorecidos económicamente, estábamos convencidos de que se trataba de la confrontación contra una política global, por eso imaginábamos que sería una lucha larga e intensa.

Creo que al movimiento habría que para entender al movimiento habría que dividirlo en tres etapas.

La primera es la fase de crecimiento en la que se logró no solo la aprobación de la huelga en las Facultades y Escuelas si no generar apoyo social y solidaridad de otras organizaciones sociales.

En aquella etapa fue muy significativa la relación que el CGH estableció con el Frente Nacional de Resistencia Contra la Privatización de la Industria Eléctrica y la marcha del 18 de marzo de 1999 cuando hicimos columnas paralelas con el Sindicato Mexicano de Electricistas, para marchar del Ángel al Zócalo.

Sin embargo, para los grupos que iban ganando la hegemonía no era prioritaria la alianza con organizaciones solidarias, ni con huelguistas que no estuvieran convencidos del carácter clasista de la huelga. Ha dichas corrientes les interesaba construir la huelga de los “plebeyos y jodidos”, por ello, más que ganar legitimidad construyendo consensos de mayoría, apostaban a las depuración del movimiento.

Así se llegó a la propuesta de los Eméritos con la que se puede decir que empieza la segunda etapa. Estoy convencido de que no dimos la mejor respuesta. Si bien la propuesta no resolvía las exigencias del movimiento si pudiera reactivar la discusión en un momento en el que nadie más, ni Rectoría ni el movimiento, estábamos discutiendo posibles salidas. Tendríamos, creo, que haber respondido con alguna contrapuesta que fuera capaz de volver a dinamizar los diálogos. Estoy convencido, además, de que muchos de los Eméritos hacían la propuesta de buena fé. Manuel Peimbert, por ejemplo, fue mi maestro en la Facultad de Ciencias y sé que, a diferencia de Barnés, no tenía él la intención de derrotar al movimiento. El maltrato a los Eméritos nos costó, incluso, el apoyo de organizaciones como el SME, así me lo hizo saber su dirigente de aquel entonces Ramón Pacheco.

A partir de ahí, pensamos, yo personalmente, y como Comité Estudiantil Metropolitano, que había que romper la inercia y salir a buscar más apoyos para romper el ensimismamiento en el que estábamos. Planteamos, también, el Replanteamiento del pliego petitorio en la Asamblea del 31 de Agosto. Muchos nos atacaron por ello, nos dijeron que estábamos claudicando, pero en realidad solo estábamos haciendo una propuesta que, sin modificar las exigencias del movimiento lanzara el mensaje de que estábamos dispuestos a volvernos a sentar a la mesa.

Cada vez más, ganaban posiciones aquellos que trataban de alargar el conflicto hasta las elecciones del 2 de julio de 2000, como si ello representara el triunfo del movimiento. Para nosotros era claro que ganar el conflicto universitario en el marcó de la universidad misma seria ya de por sí a las luchas de izquierda de todo el país.

A mi entender la tercera etapa comienza el día del Plebiscito Universitario convocado por las autoridades. Fue muy preocupante ver la respuesta de la gente cuando fuimos a brigadear a las mesas de consulta del plebiscito. En las mesas me encontré votando a muchos que antes habían participado en el movimiento y con los que yo tenía buena relación. Sin embargo en esos momentos ya no escuchaban mis razones. Hasta ese momento tuve conciencia de la gravedad del daño que el CGH se estaba generando.

El 4 de febrero por la noche, en la Antigua Escuela de Medicina dialogábamos con una comisión de Rectoría. Nos correspondió a Víctor Alejo y a mí ir a un salón anexo con Serrano Migallón y José Narro. Ahí nos dijeron que teníamos un día para encontrar una solución y que ésta tendría que pasar por la entrega de las instalaciones. Le pregunté a Narro si eso significaba que la PFP iba a entrar a CU y me respondió: “Tómenlo como quieran”. Cuando Alejo y yo salimos de ahí, como a las 12 de la noche, un montón de reporteros se nos vinieron encima. Aunque denunciamos la respuesta, siempre me quedó la sensación de que cometí un error al no hacer algo más, por ejemplo, llamar ahí mismo a la sociedad civil a construir un círculo de paz para evitar el allanamiento.

Cuando dieron las 6 de la mañana pensé que la policía ya no entraría ese día. Siempre creí que de hacerlo sería en la noche y que no se atreverían a hacerlo al amanecer. Hasta ese momento guardaba esperanzas de que se preservara la cordura y hubiera más espacio para el diálogo”, rememora el activista.

La última asamblea del CGH comenzó en el Che Guevara el sábado 5 por la tarde. Fue una asamblea agónica, en la que nunca nos planteamos qué hacer en caso de que llegara la policía. Debimos haber implementado medidas de resistencia civil pacífica, pero el desgaste era tal que sólo algún miembro de la asamblea de la Facultad de Ciencias propuso una ‘ruta de evacuación’, pero provocó tantas risas que se desechó.

Uno nunca se imagina la impresión de tener a la PFP enfrente, todos encapuchados, armados, eran fuerzas de elite. La primera reacción fue replegarnos dentro del auditorio a esperar lo peor, ya después muchos se pusieron a gritar consignas como para desahogarse. Poco a poco fuimos comprobando que de ningún lado había intenciones de un enfrentamiento violento y comenzamos a subir a los camiones. Es el momento más impactante que me ha tocado vivir.

Antes de ese momento imaginaba que caer en la cárcel era el fin de mi participación en la lucha social, sin embargo, después de que salí comprobé que no era cierto, que se podía seguir. La huelga es el proceso político más importante en el que me ha tocado participar y me impactó porque significó un periodo de entrega total a una causa que triunfó por la gratuidad de la educación.

Ha habido muchas maneras de esconder la victoria de la huelga, sin embargo hoy, a 10 años, es muy difícil que se plantee imponer cuotas y muchos menos de la manera tan antidemocrática como lo intentó Barnés. Quienes participamos en el movimiento nos liberamos de muchas ataduras y de la moción de que solo mediante los partidos se puede hacer política. Yo me siento mucho más libre.

Viví el movimiento de manera muy intensa. Estuve en un lugar privilegiado en el que pude aportar bagajes y experiencias. Por supuesto que he cometido varios errores que ya tendrán que evaluarse, pero ninguno arruina la vida pues mi participación siempre ha sido desinteresada y sin obtener ventajas. En el CGH, como en otros movimientos, participé con convicciones muy claras: Conservar la unidad del movimiento; Disminuir sus conflictos al mínimo; e impulsar un Frente Amplio de todos los sectores de la sociedad para cambiar al país”. Hasta aquí su voz que, vale decir, la sentí ese dia tan intensificada y apasionada como nunca antes.

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La efectividad con la que la quienes fueron compañeros de Higinio han continuados su trayectoria de lucha social confirma la valía formadora que siempre tuvo. Hoy el Comité Estudiantil Metropolitano y el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior siguen siendo referentes de la lucha estudiantil. Durante este año no solo han asumido el reto que implica la partida de Higinio, si no que lograron un avance significativo en la mesa de negociaciones con la Secretaria de Educación Pública y convocaron a la importante iniciativa “Por un acuerdo nacional para ampliar la matricula educativa”[2] al que convendría darle seguimiento sumando muchos más actores para su consecución. Por su lado, la Caravana Ricardo Zavala continúa en su proceso realizar trabajo comunitario tendiente al fortalecimiento de procesos de lucha fuera de las Universidades.

A un año de su fallecimiento los compañeros de dichas instancias realizaron el Foro: “Recordando a Higinio Muñoz: Reflexionemos nuestras, luchas, nuestros retos y nuestras perspectivas”. El membrete mismo esboza y retoma el rasgo visionario de Higinio: “Recordarlo – dijo Miguel Álvarez - llama a mirar las luces en estos tiempos de oscuridad”.

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La situación nacional definida por: 1) la degradación y la ruptura de cualquier dinámica virtuosa de relaciones sociales, en algunos casos por el pasmo y en otros por la orientación de las políticas neoliberales del actual y los pasados gobiernos. Y 2) Por programas y prácticas políticas de la izquierda electoral poco propicias para la articulación de fuerzas sociales y, por lo tanto, para volver a colocar a las agendas de las diversas izquierdas en un papel protagónico y constitutivo de la vida nacional. Requieren, para enfrentarse y revertirse, de recuperar muchas de las enseñanzas de Higinio.

Entre dichas enseñanzas no solo está aquella de la ética excepcional que durante el foro fue mencionada de manera reiterada, si no aquella de TRADUCTOR que, dimensionada en el campo de la estrategia, tanta falta hace en estos días para articular a quienes también son componentes de la actualidad nacional: Las miles de luchas de resistencia que a lo largo del territorio combaten: a los megraproyectos depredadores de comunidades, culturas y bienes naturales; la criminalización de la protesta social; la pérdida de derechos laborales; la entrega de los recursos naturales al extranjero; entre otras consecuencias de las políticas actuales.

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Genuino como pocos, de Higinio nadie puede atribuirse la interpretación estricta y fehaciente de su personalidad. Pero seguro que contemplar el espíritu y la congruencia de sus actos resulta en un insumo invaluable para que las organizaciones sociales se vuelvan, como sugirieron los compañeros de Higinio durante el Foro: “catalizadoras de la transformación estructural anticapitalista” El reto es para todas y todos en memoria de Higinio.

[1] Fragmentos de aquellas pláticas fueron publicados en el periódico Milenio Diario los días 7 de febrero y 27 de marzo.

[2] Publicado en La Jornada el 13 de octubre de 2010. Puede consultarse en: http://www.cem987.webcindario.com/

- El autor es participante de diversos procesos de organización política y social y miembro del Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales de la UNAM.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Los Demonios de Vic Chessnut





Milenio Diario - El Angel Exterminador
26/12/10

Víctor García Zapata

Saben los Cowboy Junkies que toca a los vivos preocuparse por la muerte del fallecido. Por ello, sin más herramienta que un disco conceptual, se lanzan y arrastran al peligroso ruedo de hurgar en la mente, tan brillante como enmarañada de quien compuso todas las canciones: Vic Chesnutt.

Vic Chesnutt abrió su último disco (At the cut, 2009) gritando: “soy un cobarde”. La Pithcfork Magazine lo calificó como un grito “agónico” y “escalofriante” pero nadie supuso que se trataba de una advertencia del suicidio 24 de diciembre de hace un año. Se daba por superada, para menesteres fatales, la paraplejia que desde los 18 lo aquejó, sobre todo por qué con la guitarra mostraba tener la situación controlada y porqué por meritos propios ya había logrado ser reconocido como uno de los compositores de “música contemporánea norteamericana” más relevantes y emblemáticos.

Pero sucedió. “Dejó una nota” dijo Kristin Hersh y a pesar de todo sorprendió: como si siempre se hubiera dado por hecho que la constante menciones depresiva y suicidas a las que Chesnutt acostumbró en sus discos, no eran más que recursos expresivos y, en todo caso, diques contra la inmolación. Pero sucedió y resulta, entonces, tristemente pertinente la edición del álbum Demons de los vaqueros adictos de Canadá.


Siempre fue más fácil escuchar a Vic en voz de otros. Su permanente languidecimiento, su arrastrar las silabas hasta la desesperación, ese minimalismo que rayaba en lo plano más un coloquialismo tan cínico que incomodaba, fueron las características que lo configuraron como genio pero no como alguien siempre fácil de escuchar. No por nada el éxito y la relativa fama lo alcanzaron hasta que Soul Asylum, Madonna, Garbage, Indigo Girls, entre otros, grabaron sus canciones en el disco “Sweet relief II: The Gravity of the situation” (1996) concebido para juntar fondos que ayudaran a pagar su tratamiento médico.
En “Demons” es de esperarse que se mantenga el minimalismo característico también de los Junkies, pero seguro que la sordidez del personaje será sustituida por la dulzura y profundidad de la vocalista Margo Timmins. Calidad y atmosfera espectral no faltarán.

Vic nació en Jacksonville Florida en 1964 pero eligió como ciudades adoptivas unas coordenadas geográficas determinantes para su proceso creativo: La ruralidad de Nashville y la intelectualidad de Athens. Del primero los vientos confesionales del segundo el snobismo necesario para deconstruirla. Tocando en un bar universitario del segundo impresionó a Michael Stipe, vocalista de REM, quien a partir de ahí volviose su mecenas y produjo sus dos primeros discos: Little en 1990 y West in Rome en 1991), “en 1991 me mudé a Georgia en busca de dios, pero en su lugar encontré a Vic. Descubrirlo me cambió la manera de escribir canciones. Siempre estaré en deuda con el” declaró Stipe.

Se instaló en el mapa “indie” vitalizado por los circuitos de radios universitarias. Ya desde entonces explotaba su capacidad lirica influenciada por Emily Dickinson y el omnipresente Walt Whitman. Pero, sobre todo, ejerció tan orientada desestructura como para asimilarlo a la tradicional y libertaria poeta anglo – jamaicana Stevie Smith (1902 – 1971), “Vic – describió Jonh J. Sullivan - resucita y deforma sílabas que tenemos, por costumbre o pereza, casi en el olvido."

Se volvió entrañable a pesar de que ello nunca pareció sentarle. Gustaba más bien de retar con su imagen de marginal, como si nunca quisiera escapar de periferias emocionales y como si nunca quisiera dejar de ser confesional: “La música de Vic es como una conversación abierta, solo de escucharlas sientes que se convierte en un amigo muy querido”. Decía la cantante de country Naci Griffith.

Su mejor amiga, la ex Throwing Muses, Kristin Hersh, fue la primera en dar la noticia del suicidio mediante un “tweet. No se sabe si la sobredosis de relajantes musculares fue intencional o no, pero, en todo caso, resulta acorde con sus depresiones y con las constantes referencias necrófilas en sus canciones. Además. No se le puede quitar responsabilidad en la tragedia al privatizado sistema de salud estadounidense. Para nadie es secreto que las deudas de Chesnutt no eran pocas y por ello se han realizado ya varios eventos de recaudación para ayudar a su familia.

No es esta la primera “colaboración” entre los canadienses y Chesnutt. Las más memorable fue en 2008 cuando los Junkies regrabaron la versión de 20 aniversario del seminal “Trinity Sessions”. La nuevas versiones incluyen las improvisaciones que reinventaron las originales: Natalie Merchant dio brillo a “Misguised angel” pero Chesnutt profundizó el toque lúgubre que la Iglesia de la Trinidad en Montreal otorgó de por sí.

Aun no puede augurarse que temores y complejos ayudará a revelar pero seguro que además de por “amoroso” como lo describió Timmins, Demons augura que será un albúm referencial para rastrear una vida que no requería de apagarse para obtener el carácter de hítico. “siento que murió el último de una especie” dijo Hersh.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Mark Olson resucitó al tercer lustro


Víctor García Zapata

El Angel Exterminador. Milenio Diario 06/09/2010.

Además de la edición de su segundo álbum como solista “Many colored Kite”, que por si solo vale la fiesta, es de celebrarse que quien fuera padre del country alternativo confirme su vuelta tras andar viajando como mochilero por Europa y vivir en el ático prestado de la casa de un recién conocido.

A principios de los 80 su vida era de ensueño: Sus “Jayhawks” fueron el primer grupo country en firmar con un sello comercial dedicado al rock alternativo. Abrieron, junto con los Uncle Tupelo de Chicago, una brecha que dio escaparate “indie” a la música rural. Escalaron del impacto domestico en su natal Minneapolis al impacto nacional que los llevó al David Letterman Show. Cuentan que llenaron auditorios y cenaron con reyes nórdicos, construyeron culto alrededor suyo y nadie discutió a Olson como uno de los compositores relevantes de la música contemporánea. No poco le deben a el y compañía los Avett Brothers, los Band of Horses o los Cardinal de nuestros días.

Pero, rustico como siempre quiso ser, renunció al grupo justo cuando el triunfo comenzaba a definir un estilo de vida. Enamorado su refugió con su esposa, Victoria Williams, cantante de estirpe fundamental, en el desierto de California. Pasó Mark a beber agua del poso que perforó y a comer lo que tuvo a bien cosechar. Juntos superaron la esclerosis múltiple que la aquejó en 1993, grabaron 7 discos con su grupo llamado “The Original Harmony Ridge Creek Dippers” y se volvieron referencia del country más experimental a costa de un sonido tan minimalista y reflexivo. El matrimonio sucumbió en 2006 y buen Mark quedose en el ostracismo sentimental y comercial: sin mujer, sin dinero, sin casa y sin grupo. Todo un homeless.

Como para reafirmar que su vida es una oda a los andares errantes, cual canción de country, se fue a perder de tren en tren por el viejo continente, “realmente –dijo- no estuve viajando, mas bien intenté reajustar mi vida” . Conoció durante el periplo a un escritor galés que le prestó su ático como refugio creativo.

Cuando se dio cuenta tenia en las manos la que a la postre es considerada su obra maestra: “The salvation blues” (2007). Olson justifico la presentación tipo libro no solo por su eterna pinta de profesor universitario si no por que el disco musicaliza los poemas que le ayudaron a procesar su desahucio amoroso: “Me quede sin casa, soy un vagabundo”, dice en My book one philosophy. En Sandy Danny, interpreta su ruptura: “No estábamos preparados para la vida, las cosas que no disgustan de otros, las encontramos en nosotros mismos”; Abre una puerta: “Hay muchos buenos y dulces momentos en este mundo, sabemos que llegaran a un final y que lastimaran nuestros corazones, pero el blues de la salvación nos puede ayudar” dice en la que lleva el nombre del disco. La pieza mas esplendorosa del álbum resulta un manifiesto de vuelta al camino: “Algunos vienen aquí a morir, nosotros venimos a vivir porque hay esperanza en nuestros corazones, hay futuro en nuestras almas” cantan en Clifton Bridge, ambientada en el majestuoso puente de Bristol.

Superado él cuesta arriba Mark Olson se ha comido el mundo. Grabó un disco con Gary Louris (Ready for the flood, 2009) y juntos reaparecieron como “The Jayhawks” en algunos conciertos en Europa. Por ello “Many Colored Kite” fluye como el animo del resurrecto al que nada le impedirá la conquista de viejos y nuevos territorios. Para este álbum no tuvo necesidad de escapar, así que este visualiza más bien un viaje por las carreteras del Estados Unidos profundo. Remite a Dylan, Emerson Lake and Palmer, Neil Youg y Hank Williams. Desde el principio suena mucho más brilloso y optimista: no es de los que necesiten sufrir para componer dignamente.

No se trata de un regreso que irrumpa en las tablas de popularidad. Nada lo sacará de sus austeras giras por bares y cafés, pero lo significativo es que en ese interminable circuito de tertulias, Mark Olson seguirá confesando sueños y aspiraciones, caídas y promesas rotas, esperanzas y redenciones: De eso se trata el country de su vida.










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miércoles, 28 de julio de 2010

La "lluvia atípica" y el regreso al "Tunnel of love"



Víctor García Zapata
27 de julio de 2010

Cuando me di cuenta, el disco seguía sonando. El “Tunnel of love” acompañó sin decidirlo todo un fin de semana de clima seudo londinense provocado por la “lluvia atípica” anunciada por el Gobierno del Distrito Federal y, también, por nostalgias acumuladas. Después de cómo 8 vueltas el disco se volvió el objeto mismo de las remembranzas.

El Octavo disco de Bruce Springsteen ha sido uno de esos que aunque casi nunca acaparado la atención, tiene la capacidad de abrazar en momentos puntuales, de ir creciendo al tiempo y de ir revelando sensaciones nuevas a cada etapa.

Recuerdo que lo compré al mismo tiempo que mi primera grabadora de disco compacto. Una Sony de pinta medio galáctica que encontré en algún mall de Oklahoma donde en 1991 vivía mi hermana. La oferta incluía dos discos: Lo elegí junto con el “True love” de Pat Benatar.
No fue lo que me esperaba. Sin gritos ni ritmos a la “Born in the USA” su antecesor inmediato, ofrecía poco para quien a los 13 años no tenía fogueo de las canciones más bien adultas y menos en las relaciones amorosas.

Solo la segunda canción “Tougher tan the rest” me enganchó desde el principio. Gracias a ella el disco no quedó archivado hasta nuevo aviso, si no que pude irlo entendiendo al paso que gané en apreciación musical (aunque en gustos se rompen géneros y muchos dirán que aun no he ganado en eso), al paso que fui entendiendo las claves de la trayectoria discográfica de Springsteen y, sobre todo, al paso que el amigo de un amigo me ha ido contando como se refleja en muchas de las vivencias y sentimientos que describen muchas de las canciones.

No es un disco conceptual, pero su esencia es sumamente clara y directa: Canciones de reflexión en solitario en el mismo lugar donde antes hubo alguien más. Casa que se siente grande y vieja aunque sea chica y nueva. Se trata de un álbum delineado a partir de explorar las diversas sensaciones y reflexiones que un hombre – seguramente él mismo - puede experimentar a partir de trayectorias amorosas, muchas de ellas rotas y frustradas. Por eso no hay triunfos ni juergas pero sí dudas, introspecciones, miedos y angustias.

A diferencia de todos los demás discos de Springsteen este no está contextualizado ni en comunidad de explotados, ni en conflicto político, mucho menos en escenas de degradación y/o insolación colectiva: “Quise escribir un disco sobre lo que siente dejar a una persona y tratar de ser parte de la vida de otra persona. Es algo que da miedo, una sensación que siempre está llena de sombras y dudas tanto como de emociones hermosas”. Dijo en 1988 , justo cuando lo editó.

Se trata de un disco de canciones de amor sin ingenuidad ni ilusiones, se trató, como dice Ignacio Julia: “De considerar todos los aspectos que revolotean alrededor de una relación sentimental. Era ver el amor desde el punto de vista de los enamorados, pero también desde la perspectiva de la muerte de esos sentimientos, de la complejidad que va adquiriendo día a día la vida en pareja” .
Por eso mismo entenderlo era cuestión de tiempo y de vivencias…

Todo el disco suena a lo que dice. Se aseguró, Bruce, de no dejar lugar a dudas. Arreglos lentos, ecos constantes, instrumentaciones tenues. Nunca aparece la banda completa. Los estruendos son provocados por las confesiones, no por el rock and roll al que antes acostumbró.

Empieza juguetón, con un poco de burla: “Tengo la fortuna del cielo en diamantes de oro, una casa llena de Rembrandt´s, propiedades por todo el país, pero sigo siendo el más grande tonto que este mundo ha conocido pues no te tengo a ti” ( Aint got you). No solo detalla un habitual sentimiento de insatisfacción si no una declaración de cómo es que decidió asumir el éxito de su disco anterior “Born in the USA” que colocó 7 de 11 temas en el top ten y vendió más de 17 millones de copias. “Tunnel of love” decepcionó a la disquera y los que esperaban que el de New Jersey se convirtiera en una fábrica de hits grandilocuentes.

La siguiente, “Tougher tan the rest”, es, seguro, una de las canciones que más me ha impresionado a la primera escucha. Contundente en su expresividad: batería firme y persistente, guitarra lenta y cavernosa, armónica chillante y voz angustiada dando vida a un personaje resentido, que anda “en la oscuridad de una carretera” pensando en la mujer a la que se le propone con la resignación de frente: “he aprendido que hay que obtener lo que se puede obtener…así que si estás harta del amor, aquí me tienes, soy más duro que los demás”.

A partir de ahí, una cascada de reflexiones y de inseguridades en las que casi cualquiera ha de encontrarse más de una vez.

El personaje de “All the heaven will allow” logra prescindir de los deseos de morir joven gracias a la felicidad que encontró en la mujer, pero Bill Horton de “Cautios man” es uno más de los personajes de Springsteen que aunque lo intentó nunca logró la redención y terminó por huir de la relación que antes pareció quitarle el miedo a sentir.

Luego. Los padres determinan también la cara que uno ha de poner a las relaciones. En “Walk like a man”. El hijo camina inseguro al altar resintiendo la amargura del padre a quien la vida laborar le arrebató sus mejores pasos pero que nunca dejó de exigirle que se comportase como “todo un hombre”.

A “Two faces” le costó mucho trabajo sobrevivir al skip. Suena tan escalofriante como la esquizofrenia que describe: “A veces me siento iluminado y salvaje, me encanta verla reír pero solo provoca nubes oscuras, dos caras tengo, una que ríe, una que llora, una dice hola otra se despide, una hace cosas que no entiendo, es la mitad de mi mismo. Anoche después de besarte, la otra parte de mi me aseguro que te perdería, que nuestra vida es solo una mentira. Tengo dos caras y no me queda más que intentar”.

El inseguro y obsesivo que no sabe porque la mujer está enamorada de alguien como él aparece en “Brillant disguise”: “Quiero leer tu mente, saber qué piensas cada que me vez… Quiero saber si es a en quien no confío porque estoy completamente seguro que no confío en mí. Nuestra cama está fría, estoy perdido en la oscuridad de nuestro amor. Dios ten piedad del hombre que duda de lo que está seguro”.

“One step up” pone la piel de gallina. La relación se ha desgastado. “la misma triste historia de siempre” chimenea apagada, auto que no enciende y la puerta golpeando después de otra pelea, de “otra batalla en nuestro pequeña y sucia guerra” y la consecuente frustración: “cuando me veo no veo el hombre que quisiera ver…damos un paso adelante y dos atrás”.

La del nombre del disco lo resume todo, escenificandolo en un parque de diversiones. Buena suerte desea el vendedor de boletos con claro dejo de sarcasmo. La diversión empieza cuando solo quedamos “nosotros tres: tu, yo y todo aquello a lo que le tenemos miedo” La competencia se pone de por medio: “hay un espejo en 5D, tú te ríes de mí y yo de ti, es muy fácil perdernos uno al otro en este túnel del amor”.

Los miedos y las frustraciones recorren todo el álbum, definen el ambiente, pero nunca deja de haber un halo de esperanza que se explicita al final. El personaje acelera hasta llegar a casa. Como en casi todo Springsteen, la carretera, en tanto espacio intermedio y abismal, es el lugar privilegiado para clarificar sentimientos y expectativas. Va pensando en los miedos, ninguno es mayor que perderla. El descanso no llega si no de su abrazo a media noche, la certeza de la entrega y la reciprocidad (Valentine´s day).

Hay, quizás, poca sofisticación en “Tunnel of love”, Bruce nunca ha sido tan poético como certero. Pero el disco resulta sanador no porque descubra, si no porque alerta, comprende y acompaña en esa ruta que “Parece fácil – hombre y mujer se conocen y enamoran- pero la casa está atormentada y el camino se pone duro. Tienes que aprender a caminar con lo que no puedes superar para sobrevivir en este túnel del amor”.

Cuando se lo preguntaron, Sprinsgteen dijo que no se trataba de un álbum estrictamente biográfico. Aja, yo ahora digo lo mismo…


27 de julio de 2010.

martes, 27 de julio de 2010

Los Insurgentes: Falta lo que viene.




Víctor García Zapata

Revista Generación "El pulque: Insurrecion fermentada". Julio 2010.

Los Insurgentes es un extraño ejemplar de expendio de pulque que en equipamiento y decoración es ajeno a la coherente sordidez de los tradicionales. No rechaza el carácter subterráneo de una bebida que ha sobrevivido al desprecio convencional, pero tampoco la condena al ostracismo. Por el contrario, se arriesga, sin pretender “posmodernisar lo folk”, a fundir la bebida con los circuitos que desde hace años disputan a los gobiernos locales las posibilidades de transgresión contracultural que esta caótica ciudad puede ofrecer.

Es un riesgo con tufos de urgencia, pues rescatar al pulque mediante un templo apto para su redención implica no menos que salvar la vida de quienes lo construyeron: “O te buscas una alternativa o terminas subsumido”, dice Gustavo, uno de los 4 socios, ninguno de los cuales “somos hijos de Slim”.

Y…ocurrencia no fue: “Cuando tenía 5 años visitaba todo el tiempo a mi abuelo y recuerdo que algún día que estaba bebiendo pulque, lo único para lo que alcanzaba, dijo: “a esto le falta un grado para ser sangre”, desde ahí he generado siempre una reinvindicación de la bebida de los dioses. Se trata de una bebida noble que, sin embargo, estaba olvidada y restringida a las periferias”. “Por sus costos de producción a las cerveceras no les convenía comercializarla, por ello la estigmatizaron”.

Viniendo –y conservando el alma- de colectivos punks, no sorprende que él y otros decidieran abocarse ahora al pulque: “nos correspondía por nuestra historia y por nuestras posibilidades ser el puente entre el pulque y los sectores sociales y los territorios en los que nos hemos movido. Desencadenamos todo un proceso de investigación que nos provocó tanto respeto a la bebida que quisimos dedicarle un lugar digno que, además, plasmara todos nuestros intereses como jóvenes convencidos de la necesidad de espacios para el esparcimiento, para explorar limites, para el arrabal”.

Si se ha vivido en el barrio “el hazlo tu mismo” es consecuencia lógica y no solo teoría surgida de los cubículos de Essex. Se aprende a organizar tocadas, comunas, protestas y desmadres, a vivir. Por eso nunca les pareció cuesta arriba restaurar la casa derruida que ahora los alberga. Desde el primer cimiento hasta la última lámpara, con ayuda siempre de la banda “del barrio, para la que este trabajo ha sido mucho más digno que cualquiera otro de los que se ofrecen”. No por nada el espacio les resultó entrañable incluso antes de inaugurado.

Mucho llevan “Los Insurgentes” aunque les falte escribir más de lo que han logrado. Pero a diferencia de otros sitios, este desde ya busca desencadenar tendencias y tradiciones, rememorarse como constitutivo de imaginarios colectivos, así está pensada la distribución de sus espacios y las posibilidades que brinda para la creatividad y la convergencia de los que espera recibir: desde lo más snob de la intelectualidad condecera hasta los chambeadores de la cuadra que también la han acogido como propia.

Queda el reto del arraigo y del establecimiento de una identidad más allá del vertiginoso ascenso y de la novedad. Pero, cuando no solo se piensa en ganancias resulta más fácil acoplarse y tejer siempre desde abajo con la certeza de que: “Al mundo alternativo hay que dinamizarlo todo el tiempo, hay que buscar los contrastes y nunca perderla inquietud por explorar. Si hubiéramos querido solo un negocio lo último que hacemos es una pulquería. Conjuntár el pulque con espacios alternativos de encuentro nos pareció un reto interesante, todo esto es tan contracultural como el punk del que venimos y aprendimos”.

Los Insurgentes: Expendio de pulques finos. Insurgente 226, col. Roma.

México D.F. junio de 2010

martes, 15 de junio de 2010

La tarde del 15: Revisitando el Mundo Interior




Víctor García Zapata

Casi como obligación y con toda disciplina fuí ayer a Mix Up de Plaza Coyoacan a comprar la re edición del “The world inside” de Human Drama. Nada sorprendente la adquisición, pero necesaria ahora la re consideración que el álbum merece.

Confirmo, ahora que lo vuelvo a escuchar, no solo que es mi disco preferido de Jonhy Indovina, solo el “Live in Troubadour” le disputaría, si no uno de los pocos infaltables en sea cual sea la etapa ó el momento. De esos discos que abren puertas y dicen cosas que ya estaban pero solamente implícitas.

Lo escuché por primera vez en julio de por 1997. Al día siguiente de que la presentación de Human Drama en el Museo del Chopo me revelara una nueva ruta de afición. El concierto fue alucinante, emotivo y encendido, en una idílica atmosfera repleta de darkys y post punkys. Cuando escuché el disco me decepcionó ligeramente. Mucho más apagado, apto para la sala. Poco a poco lo fui entendiendo y hoy lo vuelvo a redescubrir. Ahora, por ejemplo, los ratos minimalistas me suenan mucho más profundos y conmovedores que antes cuando solía valorar sobre todo lo rockero y ruidoso.

Algunos de los arreglos de cuerdas y flauta me suenan ahora extras. Me queda claro, sin embargo, que Indovina los implementó para propiciar un ambiente mucho más apacible e introspectivo, contrastante con el guitarrerisimo “Feel” (1989) con el que se presentó a la escena subterránea de Los Ángeles. Grabado en 1991, "The World inside" transpira genuinidad, evidencia un espectro de influencias que va de Leornard Cohen a Christian Death pasando por la inspiración directa: el disco “Berlin” de Lou Reed. Por eso los ratos preciosistas, acogedores, por eso, también, los menos pero presentes ratos sórdidos y retadores.

En el librillo Indovina lo reconoce como un disco introspectivo. No hacía falta. El nombre del álbum lo indica. Sus característicos susurros lo confirman, las atmosferas lo mismo post punks que folks que gothic rock lo ambientan, las letras lo llevan al extremo. Y desde el principio lo anuncia: las contradicciones propias terminan por obstaculizar más que cualquier escollo del entorno:

“¿Te acuerdas de las lecciones que has aprendido?/ ¿Te das cuenta de lo que los años y las lágrimas han significado/ El amor es el océano/ Lleno de miedo saltas en él/ Te aferras la vida tratando de escapar/ Eres tu enemigo/ estás en guerra”, dice en la primera que se llama como el disco.

A partir de ahí todo fluye. El álbum se escucha completo sin cuestas arriba. No es colección de canciones. Cada pieza tiene coherencia con respecto a las otras. Hay grises esporádicos, angustias intermitentes y esplendores casi permanentes. Tranquilizante más que otra cosa.

Lo escucho como un disco luminoso, el menos oscuro y/o rockero de los suyos. Lo concibió Indovina como la máxima expresión de lo que suele ser él mismo: capaz de alumbrar terrenos internos normalmente poco visibles. Quizás esa es su transgresión: Desnudarse hasta los huesos para revelar sensaciones y estados emocionales supuestamente reservado para el inconsciente.

El dolor de la adultez (My skin); la horrible sensación de mirarse al espejo y no reconocerse (Look into strangers eyes);la fascinación por la gente chocando con el miedo a la convivencia (Fascination and fear); la calidez que el nacimiento de un bebe le da al normalmente depresivo invierno (Winters life); la felicidad por encontrar el amor que termina la espera (Million years; el cansancio de una vida con pocas certezas (Fading away); la desesperante guardia de cuando el amor nomas no aparece: “Sentí las llamas hasta que me volví inmune/ desilusionado por el amor/ destino ineludible/ se que viene/ estoy esperando/ escucho el sonido de la lluvia” (The sound of the rain). Son algunas de las confesiones desgranadas.

Con el tiempo casi todas las anteriores parecen acompañantes de las dos que han trascendido:

A “Tears” Indovina la describió como: “La inseguridad que domina el amor. El miedo a ser olvidado, a todo lo que la distancia física puede cambiar incluso cuando se ama”, y en los conciertos puede ser que no haya estrofa más estruendosa que:

“Hay una pinta en la pared/ lo sé porque yo la escribí/ Dice: "está bien soñar/ está bien prometer/ pero no prometas lo que sueñas"/ a nuestras lagrimas no hay manera de secarlas”.

A “This Tangled web” la califica como “perfecta”. La describe como “el cúmulo de confusiones sobre la vida cuando se debería dejar ir a alguien aunque aun se ame”:

“Por el amor que ha sido mi escudo a la vez que mi terror/ destino y causa de vivir hoy y de querer morir mañana/ la razón de pasar la vida entera persiguiendo el desfallecimiento/ no puedes envolver los brazos alrededor del viento/pues dentro se encuentran las razones de esta enmarañada red que tejemos”.

Ni más ni menos. Exploraciones y revisiones internas que bien podrían acompañar a Rolan Barthes en su construcción de los “sistemas de significados” del discurso amoroso.

En fin, una tarde, la del 15 de junio de 2010, dedicada a escuchar un disco que conforme fui introyectando me fue abriendo horizontes musicales y reflexivos. Un disco que no creo exento de clichés, pero cuyas muchas aseveraciones no dejan de encajar en realidades y sensaciones personales. Por ello ha acompañado y seguro que acompañará, aunque por largos tiempos no lo escuche. El mundo interior permanece.

15 de junio 2010.

Notas:
1) Las referencias de Indovina las tomé de su libro: “My bag of secrets”.
2) El libro de Roland Barthes al que me refiero en el penúltimo párrafo es: “Fragmentos de un discurso amoroso” Editado por Siglo XXI.

jueves, 4 de febrero de 2010

De Carissas Weird a Grand Archives: El triangulo virtuoso del Indie.



Víctor García Zapata

MIlenio Diario. 04/02/10

Por estos días Seattle Washington confirma que sigue siendo capital indispensable en la geografía del rock independiente. Y con ello quedan dos evidencias irrefutables: Que la Sub Pop sigue ahí, jugando como caja de resonancia de los protagonistas; y que los protagonistas son ahora otros muy distintos a los de antes. La furia guitarrera del grunge y las desesperadas expresiones del EMO han sido sustituidas por el art rock y el freak folk.

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Claro está que nada nace cuando se hace ver. Los nuevos héroes de Seattle vienen de algún lado y al menos tres de las expresiones más esplendorosas de nuestros días vienen de lo que alguna fue el combo minimalista, muy en la onda Cocteau Twins, Carissas Wierd.

Los Wierd han estado ahí de 1996 a la zaga de las corrientes dominantes. Les resultó imposible competir con Nirvana, Pearl Jam y compañía. Ellos hacían arte, estos emergieron para salvar al rock del dance que dominaba Europa y ante el cual ya sucumbía el pop británico. Lograron luego sobrevivir al recambio generacional. Cuando el grunge se diluyó y Real State Sunny Day catapultó el EMO a base de retomar a Rites of Spring y a Fugazzi para dotar al post punk de un contenido mucho confesional y clarificador de la vulnerabilidad adolescente de finales de los 90, Carissas Wierd apostaba desafiante por atmósferas mucho más etéreas y condescendiente con las elucubraciones internas que proponían. Después de todo la diferencia solo era de decibeles pues el discurso era igual de desesperanzador: “Me debo de ir pronto; mis sueños están llenos de cosas irreales; salvo el mundo; que te pongo orgulloso alguna vez; pero no lograré ver tu cara; mi vida está llena de lo que no está aquí; me iré a salvarme; te pondré orgulloso alguna vez; pero no estaré para ver tu rostro”, claman en So you wanna be a super heroe (Songs about leaving. Sad Robot records, 2002).


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El hecho de nos haber sido incluidos en el catalogo de la Sub Pop es un claro indicador de la discreción con la que Carisas Wierd desarrolló su carrera entre 1996 y 2004. Y es que desde que en 1986 Bruce Pavitt y Jonathan Poneman decidieron transformar su programa de radio en fanzine de divulgación musical y luego en una disquera hecha y derecha, la Sub Pop ha sido el amplificador privilegiado de las corrientes musicales de la zona.

Seguro que la urbe ha puesto de su parte. Es tan gelida, “industrialiosa” “automatisante” e “insoladora” como muchas otras ciudades a la mitad de la nada a la mitad del imperio: aptas para el “nada que hacer” que Kurt Cobain argumentó para crear una banda de rock. La diferencia está en que ni Boston, ni Olympia, ni Minesota y ni siquiera New Jersey tuvieron a la Sub Pop para amplificar sus escenas alternativas, en algunos casos igual de fascinantes y alejadas de la cultura del triunfo. “Tuvimos que llenar la insolación de la ciudad creando nuestros propios medios de entretenimiento” declaró Pavitt.

Cuando en 1997 Beck hizo celebre su himno “I am a looser” (soy un perdedor), estos chicos ya hacia tiempo que rechazaban la idea de vestir cual super star y de representar en si mismos la idea del ganador, estos eran los hijos de nadie aceptandose condenados a perder. Si no es por Pavitt y Poneman nunca hubieran sido escuchados fuera de un radio más bien regional.

Contrario a lo que podría pensarse, la Sub Pop ha sido de las disqueras que han logrado mantenerse en pie en plena crisis, gracias a tres factores: 1) Las disqueras que no producen “Tops” requieren de menores ventas para mantenerse. 2) Desde el inicio Sub Pop ha sabido generar una fuerte imagen corporativa. En los primeros años fue diseñando todas las portadas con base en los mismos dibujos animados, desde hace un tiempo su logo es ya la imagen de la independencia rock -popera. Y 3) Diversificando sus catalogos y sabiendo acoplarse a las nuevas formas de expresión musical. Justo por esta última capacidad es que las derivaciones de Carissas Wierd refrescan hoy el “ambiente Seattle”


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Atomizado Carissas Wierd, Ben Bridwell armó los “Bando f Horses”, Sera Cahoone es solista y Mat Brooke se confirmó como cerebro desde que grabó el primer disco de los Grand Archives.

Los tres hacen explicito el bagaje melancólico y elegante de su grupo original. Sera Cahoone en su disco de solista “Only as day is long” le abre puertas a un encatador estilo dentro del country alternativo tan socorrido en nuestros días. Band of Horses son los más comerciales y exitosos de todos. Han grabado dos discos y se han presentado dos veces en el David letterman Show. Dan fuerza a las guitarras para complementar ritmos campiranos que nunca dejan de sonar oscuros. Sus hits “No one’s gonna love you” y “Is there a ghost” (Cesain to begin, 2007) resultan tremendamente emotivos

El último en consolidarse, Matt Brooke, merece mención aparte. El y su combo Grand Archives, son de los más finos no solo de la Sub Pop si no del indie de nuestros días. No pocos opinan que con sus recientes producciones Brooke demuestra haber sido el cerebro de Carisa. En dos discos: “Grand Archives” (2008) y “Keep in mind Frankestein” (2009) los Archives logran texturas tan melódicas como orquestales, un “Wall of sound” que no aspira a la épica pero sí a la melancolía.

La configuración del entorno, las formas en las que las colectividades se relacionan con él, y las infraestructuras que construyen para permanecer y reproducirse son tres aspectos indispensables para entender las explosiones culturales de nuestros días. Así lo demuestra el triangulo virtuoso conformado por Seattle, por Carissas Wierd y por la Sub Pop Records.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Across the border: Bruce Springsteen by a mexican view


Víctor García Zapata.
UNAM - México


Glory Days: A Bruce Springsteen Symposium.
Monmouth University. New Jersey
Septiembre 25, 26 y 27. 2009.


More than an academic dissertation, I want to share with you some ideas on how does one watches Springsteen from a nearby country and society close to the United States but, certainly, away of the Springsteen universe.

I'll start by saying that in Mexico, Bruce’s activity, - disks, concerts, declarations, are not relevant. Although all his disks are in every specialized store, they are offered without any kind of promotion and to extremely high prices compared to the rest of the popular disks ($ 25).

It’s him, Bruce, someone well respected in the intellectual and music expert circles and occasionally, merits a column in mainstream media cultured spaces. Other than that little is known about him and is generally considered a triumphant history of the 80s.

I am certain that better promotion should be made. I don’t know the sales ratings in Mexico but little or almost nothing is what happens in the radio and none of the national music magazines gives account of his productions.

However, the marketing has its influence, sure, but certainly another important reason has to do with the fact that rock in Mexico hasn’t lost its status of alternative. While in the United States it’s a musical expression introyected by every social sector and rooted in the popular culture; in my country is an identified manifestation with youth, rebellion, protest, in many cases with marginalization and used as a vehicle of expression against what is established, conventional , restrictive and all those different forms of domination. Although little by little, and, in many cases, to the shelter of the transnational record companies, they are bands and musicians arising who play rock but undress it of its constestatary character, the truth is that it’s still complicated that a rock icon manages to penetrate in broad popular segments.

On the other hand, although related. Springsteen’s disquisitive and visual codes, the contents of the lyrics, their trajectories and behaviors associate him with the American popular culture. This complicates their assimilation by the Mexican public because, to a great extent, the United States and its more entrenched representations are seen and associated, in Mexico, as part of the prototype image of the political and economic regime that generates oppression, marginalization, the economic and, also, cultural domination that persists in my country as part of the third world.

In the formation of the Mexican collective identity, the construction of the offenses as a nation that doesn’t finish its development, happens to identify as guilty, not only the corrupt political class that has governed since 1940 to the date, but also the American political regime which has promoted, among other things: sackings of natural resources, violation to the human rights of migrant workers, unilateral benefits in the trade mechanisms, companies operating without respect on the Mexican labor regulations, among others.

There are American artists with fairly good acceptance among the Mexican public, even the progressive public of various preferences: Bob Dylan, Rage Against The Machine, Pearl Jam, REM, Metallica. But all of them, although different, share the configuration of their identity from critic codes of the conventional codes, those of the common citizen, the red necks or white trash, among others, which are seen as the support of the Republican Party in the collective imaginary configuration.

I know that this is not always the case; I believe that I am generalizing irresponsibly, but what I want to explain is that the prototype images on the American society as a harmful political regime detrimental for our country inhibit the possibility of the absorption of Springsteen by a majority public in Mexico.

Those who, for various reasons, have had disposition to deepen in the contents of his work, have met with tremendous statements regarding the contradictions of capitalism, warnings of what can happen to us if our corrupt governments follow exactly what the governments and the great economic interests of United States tell them.

But, above all, we have found a composer committed with the surrounding circumstances. For that reason he can only be conceived as someone whose creative process depends not only on his technical - musical evolution, but also by his permanent interaction with his reality, that in a persistent way, always influences in the emotional factor touched always by reflections on the life of the more inborn and less cosmopolitan communities, the lack of opportunities for the workers, and the everyday life of those oppressed who are not able to exercise their rights. And that commitment to spread that what happens, either as confessor, narrator, or as a journalist, is what constitutes, I think its main virtue, but may just be the main obstacle to increase his acceptance in extremely contrasting in cultural spheres, but not in terms of inequality which determines the functioning of societies.

Finally, I would like to mention an important lesson for all those who want to understand reality and even want to modify it through political action: Sprinsgteen’s literary construction is always a vivid intention to speak from the point of view of all those involved in a conflict, validating everyone’s position and identifying them as character of their stories based on the daily lives of common people: workers, migrants, policemen, victims, terrorists, loving couples, they appear all, speaking out from a position of legitimacy on their actions. I do believe it is from this point where we have to start building society

Thanks to Springsteen I’ve learned that not all the United States is “Middle-class” and that not all its society is reflected in the, certainly harmful for the people, agreements between governments. That in the North there is also a South, and that this is more complex than what the prototypes suggest. And this complexity must be considered on the construction of the post - depression society that today, more than ever, is urgent to build.


New Jersey, EU. Septiembre de 2009

jueves, 15 de octubre de 2009

Anarquista empadronado: Historia de una estatua viviente.


Revista Generación “Centro Histórico Underground”
Octubre, 2009


Entrevista a Arturo Morales “El Oso”
Por: Víctor García Zapata



El Oso decidió ser estatua viviente hace casi 15 años, pero seguro que nunca imaginó que lo sería tan literalmente como lo es ahora. Y es que nomás atreverse a moverse un poco de donde su permiso estipula, - la acera de 20 noviembre a un costado de Palacio de Hierro - le puede costar que un enjambre de granaderos lo someta y hagan de él lo que bien prefieran. Ya lo vivió, ya lo han correteado y no pocas veces los empleados de la Secretaria de Seguridad Pública lo han amenazado con quitarle su pedestal.

Hijo de ama de casa y vigilante del metro, él siempre quiso ser viajero emancipado, pero ahora una credencial le dice cuando y como puede hacer lo que es: “artista en situación de calle”, según estipula el ridículo padrón en el que el Gobierno del Distrito Federal lo obligó a inscribirse.

En todo caso, si a algo está acostumbrado es a compenetrarse con espacios que luego haya que defender y cuyas batallas no siempre gana. Ya le pasó en la prepa de la UNAM de donde tras varios eventos de protesta no tuvo mas que salir huyendo antes de que lo expulsaran; “Outsider” por convicción, eligió a Prepa Popular Tacuba para continuar estudios y ni un pase directo le dieron, mucho menos un titulo universitario tras su demente puntada de cursar como oyente toda la carrera de Letras Hispánicas en la UNAM, quizás la más extravagante de sus decisiones.

Lo que si le dieron en Filosofía, donde se aposentó para vender libros y mantener sus estudios, fue una buena golpiza que los diarios tuvieron a bien registrar el 24 de abril de 1997. El Oso fue nota a costa de los porros del “chiquilín” de la Fresno. También fue chivo expiatorio y de su tragedia, que lo confinó varios días al hospital, el tristemente celebre Rector Francisco Barnes se colgó para desincorporar a la Preparatorias Populares.

Para esos días llevaba ya 2 años haciendo de estatua en el Centro, a donde dice llegó justo “cuando hubo que decidir de que trabajar y que hacer con mi disciplina”. “Junto con mi compadre Jorge Córdoba, formamos la compañía de danza y expresión corporal Rey Lagarto, logramos varias representaciones interesantes, alguna incluso con el Odin Theatre, pero para la política mexicana el arte popular no es importante, así que elegimos las calles del centro para evidenciar, justo en las entrañas del poder, la falta de respuestas que nos han dado como ciudadanos y como seres humanos”.

“En 1995, casi no había estatuas vivientes ni artistas corporales en las calles del Centro. Solo Humatron y Chimeen, dos que vagaban por ahí y a los que tenemos que reconocerles que nos abrieran camino. Poco a poco las estatuas han ido proliferando, quizás por la necesidad de la gente. Es valido, pero la verdad es que muy pocos conciben su desempeño como algo más que la habilidad para disfrazarse y pararse fijamente. Para nosotros se trata de toda una técnica de transformación del ambiente, queremos que cuando la gente pase por donde nosotros estamos sienta que se le mueve el piso, tratamos de emanar nuestro dialogo interno. Nuestra técnica esta basada en la Danza de imagen interior y el teatro japonés.”

El Oso no se reconoce en ninguna ideología. Le da, si acaso, por el anarquismo sideral, sin embargo, no pocas veces ha sido militante de tiempo casi completo. Acepta, por ejemplo, que, en muchos sentidos y como a muchos otros, él movimiento del Consejo General de Huelga de 1999 – 2000 lo marcó, incluyendo, por supuesto, los 26 días que estuvo en la cárcel. También se regodea en sus días de participación en la autónoma y alternativa Radio Sabotaje. Pero, aun así, no le da por el arte panfletario: “La autenticidad del arte está en acudir al espíritu, para nosotros lo importante es realizar introspección mientras hacemos nuestras presentaciones, es la forma de trascendernos como seres humanos”.

De cualquier manera, siempre ha estado ligado a eventos de protesta. Celebre aquel en el que por performancear justo afuera del Palacio de Bellas Artes, mientras adentro se entregaba el Premio Nacional de la Danza, fue rodeado por quien sabe cuantos militares que lo sometieron cordialmente antes de dejarlo ir. Ya después, sobran las experiencias en defensa del trabajo y territorio: El 21 de marzo de 2008: “De plano nos quitaron, policías muy envalentonados y prepotentes, amparados, según ellos, en el artículo 5to de la Ley de Cultura Cívica. A partir de ahí decidimos agobiar al Gobierno del D.F. con estrategia hormiga. Ir a donde fueran, estar en donde estuvieran. Sacarles firmas y permisos. Conseguimos una mesa de negociación, en donde se nos metió en ese padrón y nos dieron esta humillante credencial. Con la credenciales, Por lo pronto – considera el Oso – se deja en condición de ilegales a todo los artistas y performanceros que van ejecutando su disciplina mientras rolan por el mundo”.

“Ahora lo que pasa es que las autoridades tienen una visión mercantilista para todo. Al arte lo valoran en función de la capacidad de taquilla, ese pretexto nos han puesto funcionarios tanto de Tlalpan y de Casa Talavera , en el DF, como los del IMSS a nivel federal.” Y peor, aun: “Lo mismo pasa con el Centro Histórico, poco a poco lo han ido modificando para ofrecer estudios a artistas jóvenes, quieren hacerlo como un Centro parisino lleno de artistas pero sin gente pobre. Tienen, las autoridades, una concepción fashion, desproporcionada con respecto a la realidad del país y de la ciudad”.

“Con el tiempo he ido generando complicidad con el Centro y sus personajes, nos mantenemos en el anonimato, pero nos vemos y sabemos que hacemos, quienes somos, en que calle estamos. Por eso nos toca, ahora, mantenernos y disputarlo para que sea un espacio mucho más libertario”.

Agosto de 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

Apoptygma Berzek en México: El arte de picar piedra




Como dicen por ahí: no hay sueño cuya cumplimiento no cueste una buena dosis de sangre sudor y lágrimas. Entrevistamos al par de promotores que consiguieron la hombrada de traer a México a uno de los grupos más importantes de la escena elektro-indie

Víctor García Zapata
2009-09-10•Milenio Diario. El Ángel Exterminador

Después del New’s Divine, la ciudad entró en parálisis, nadie quería rentarnos un lugar, no hayamos donde armar los eventos, lo mismo pasó después de la influenza, la vida nocturna de la ciudad es sumamente endeble”, cuentan Nacho y Gustavo cuando recapitulan la ruta para anunciar lo que por fin lograron: que el legendario grupo del género electro body music, Apoptygma Berzek, toque en México, por primera vez, el próximo 12 de septiembre.

Hazaña nada sencilla si se considera que, además de todo lo anterior, estos dos promotores tienen poco que ver con los monopolios que administran el repertorio de opciones culturales de la ciudad, y, por el contrario, se han movido siempre en una independencia nada “indie”, ya que son menos grandes que las grandes, aunque traten de comportarse igual.

“Empezamos —cuentan— armando tocadas en nuestros barrios (Tláhuac e Iztapalapa), con las bandas de los cuates, la nuestra se llamaba Lucha Autónoma. Ya después, un compa nuestro viajó a España y conoció a Sin Dios, que era un grupo muy importante de hardcore punk. En 1999 logramos traerlos para una gira por varias ciudades del país.

“Con el tiempo hemos ido aprendiendo a armar mejores tocadas y hemos caído en la cuenta de que eso nos da la oportunidad de dedicarnos a lo que nos gusta: difundir la cultura alternativa, apoyar proyectos sociales y reivindicar nuestra identidad. Desde entonces hemos organizado tocadas y conciertos como The Last Dance (dark wave, EU), David J (Bauhaus), Electroduendes (Pink, Estado español), Active Minds, y algunos míticos como los de 45 Grave (Death Rock, Los Ángeles) y el inolvidable con los Adicts (Punk, Inglaterra).

“Nos hemos influenciado de toda la corriente del Hazlo tú mismo, propia del punk, pero también del vagar de los Situacionistas y la desestructuración del Cabaret Voltaire. Hacemos eventos para vivir, pero también para proponer nuevas formas de convivencia y desarrollo. Aunque nos han tachado de empresarios, lo cierto es que tenemos márgenes acotados de ganancia, pues funcionamos como colectivo y rechazamos a la mayoría de patrocinadores comerciales que se ofrecen para trabajar con nosotros, como Marlboro, por ejemplo.”

Continúan Nacho y Gustavo: “Tuvimos que perseguir a la mánager de Apoptygma durante varios años. Son de los grupos más solicitados de la escena underground y cada vez tocan más en festivales de verano en Europa. Han sido de los grupos históricos del electrónico gótico. Desde hace tiempo incorporaron guitarras, baterías y un sonido más roquero, potente y melódico, sin perder las atmósferas electrónicas. La prueba es que su rola “In this toghether” fue el soundtrack oficial de la serie de televisión ER. Ahora está de gira promoviendo su séptimo disco, Rocket Science, donde se confirman como una de las principales influencias del indie actual. Su discurso sigue siendo crítico a los valores de la sociedad capitalista, acido, orwelliano.

“Por todo lo anterior es un concierto muy importante para nosotros y pronosticamos que será un concierto histórico, no sólo para el público del underground en México, sino para Apoptygma también. Pensamos que es momento de demostrar que el subterráneo no tiene que ser sórdido ni mal organizado, al contrario, pasar del discurso autogestivo a la acción implica no dejar de explorar cómo se pueden hacer mejor las cosas. No dejar de ser creativos, todo eso es la actitud “do it yourselves” que nos mueve a hacer las cosas. Toda esa actitud la plasmamos en las luces, las pantallas, el sonido, el local (en este caso será la Expo Reforma) y en todo lo que rodeará el concierto de Apoptygma Berzek.

“No dudamos que muchos digan que ya no somos punks, pero nosotros decimos que, aunque hemos explorado nuevas formas, tenemos los mismos fines: colectivizar las formas de hacer las cosas, disputar la organización de conciertos que en México está acaparada por una empresa y su complicidad con los gobiernos, dar empleo digno, promover cultura, seguir generando los recursos que serán para nosotros mismos, picar piedra.”

Para mayor información sobre el concierto de Apoptygma Berzek: www.theunder.org.

Víctor García Zapata

lunes, 27 de julio de 2009

Wilco y Son Volt: de la nada al culto.


Víctor García Zapata

Milenio Diario.
26/07/09

Seguro que cuando Jay Farrar y Jef Tweedy desencadenaron el movimiento “No depressión” en 1990, no imaginaron ni que este tuviera justificantes económico -sociales propicios para su desarrollo veinte años después, ni que ellos, cada uno por su lado, serian vistos como sus indiscutibles forjadores. Hoy, ambos fundamentan su vigencia en sendos álbums recién editados, el primero con Son Volt y el segundo a nombre de Wilco.

Su escepticismo estaría justificado. Cuando adolescentes ninguna trayectoria de vida a su alrededor había sido exitosa, la crisis de las reaganomic estaba en su apogeo, los videojuegos alienaban a quien se dejara obnubilar por packman, y el escándalo Irán – Contras (Trafico de armas ilegal promovido por la Casa Blanca) hacia decaer la moral de los bajos mundos estadounidense a tres pisos del subsuelo en el que de por sí se encontraba.

En un principio su rebelión no generó mucho impacto mediático, fue opacada por la que en Seattle por razones muy parecidas desencadenaron los marginados del “grunge”: Nirvana, Pearl Jam y compañía. Pero cada movimiento tiene sus características y sus tiempos: Los de Seattle llevaban el smog de la ciudad a flor de piel, con antecedentes penales casi todos y revolucionaron con la furia como esencia. Tweedy y Farrar crecieron en las praderas, la tranquilidad rural se les percibe por los poros, nunca anduvieron hacia la auto destrucción y han sobrevivido hasta hoy para reclamar su relevancia como canal de expresión musical.

Se conocieron en Belleville, Illinois, dieron vida al combo “Uncle Tupelo” y a finales de los 80 atinaron en lo musical y el contenido para generar un discurso capaz de permear a más de un puberto confundido. Retomaron el ánimo y el concepto “No depresión” que los Carter Family popularizaron en plena debacle económica post 1929 y cual “my generation” de The Who sentenciaron: “Voy a donde no haya depresión, a una mejor tierra, dejo este mundo de problemas, mi casa está en el cielo, hacia allá voy”. Todo dicho con una tremenda audacia para romper campiranos ritmos tipo The Byrds o Johny Cash con guitarrazos distorsionados onda el Television de Tom Verlaine. De manera inmediata reactivaron el concepto Alt-country que por esas fechas también replicaron The Jayhawks, y Whiskeytown con todo y Ryan Adams y la tradición de la “americana” de Parsons, y Willie Nelson, entre otros. s En 1994 partieron a Tupelo en dos y ampliaron aun más las opciones musicales de los escuchas, de los gritadores y de los tocadores.

Desde entonces – mediados de los 90- para acá no han dejado de crecer las colectividades “No depressión” pasando ya de ser un movimiento emergente a constituir una comunidad consolidada. Con tan solo un pequeño zambullido en www.nodepression.com es fácil notar tanto la importancia de Farrar y Tweedy como la inmensa música que a diario se produce con base en atmósferas rurales, violines, guitarras acústicas, lamentos tan angustiantes como esperanzadores, todo a nivel de pasto, cantos de raíces. Y no solo, también por ahí se encuentran las cotidianidades que sustentan la comunidad: Seguro de salud para los músicos independientes, encuentros campiranos para escuchar y discutir sobre los contenidos y contextos de la americana y el country alternativo, entre otros modelos de subsistencia de una comunidad que no quiere sucumbir ante las modas.

Los caminos de cada uno evidenciaron las diferencias: Tweddy con Wilco incorporó el metal y el progresivo a los componentes camp(unk)iranos. Se han vueltos celebres en el “indy”, cabezas de cartel en Lollapalooza y Coachella, poco hablan de política, pero mucho bordean la complejidades del andar de viaje y en la calle, las complejidades del rock and roll.

Quizás la joya mas representativa de los Wilco sean los Mermaid Avenue I y II, en los que musicalizan la letras del Woody Guthrie, el legendario trovador y vagabundo de los años 20, que su hija tuvo a bien encontrar en alguna gaveta y compartir con Tweedy. Con la participación del punk – trovero ingles Billy Bragg y la ex 10,000 maniacs, Natalie Merchant, Mermaid es ya un disco clásico del cancionero americano de donde emergió el rolon “Califonia Stars”: Tremendo sermón acústico para la redención y cicatrización de viajes, mal viajes y otros tormentos: “Me gusta soñar que mis problemas se van, en una cama de estrellas californianas, saltar de mis preocupaciones, crear un nuevo día, bajo las estrellas californianas, que cuelgan como uvas en viñeras que brillan y calientan a los amantes como vino amigable, bajo estrellas californianas…”

Por su lado Farrar eligió, con Son Volt, caminos menos arriesgados, más arraigados, menos comerciales, más de culto. Alt country maduro, más político, mas romántico y directo, menos adornado, poco poético, menos retador, más terapéutico. Ciertamente han logrado menos impacto mediático pero han conseguido tal compenetración con las comunidades laterales a los “higways” que nada le piden a la Banda Bostik en Pantitlan.

Las reseñas a los nuevos discos, resultan como pasa con casi todos los discos en nuestros días, sumamente contradictorias: algunas tachan a “The álbum” (Wilco) de ser el disco más flojo de la carrera de un grupo ya grande dentro de la historia del Indie, para otras es el perfecto equilibrio entre el alt country y el pop. Lo mismo pasa con “American Central dust” (Son Volt) que va del “aburrimiento” al brillante regreso de un grupo tradicional que con su disco anterior (The search) intentó fallidamente trascender al collegue rock alternativo. Wilco alardea con el desparpajo del consagrado y hace abundar las ironías. Farrar se confirma como un “trascendentalista” a la Whitman, que no puede dejar de confesarse como el solitario que ve el mundo girar con eterna nostalgia, así lo expresa su primer sencillo y potencial clásico “Down to the wire”.

Hoy, mientras ambos andan de gira, uno en teatros de abolengo de Europa y otro en praderas de las provincias norteamericanas, la comunidad “No depressión” sigue fortaleciendose, dando cabida a nuevos ídolos, (Drive by truckers, por ejemplo) y manteniendo a Twedy y Farrar como los héroes mas allá del bien y del mal, en medio de un país que aun requiere de formulas para afrontar los impactos económicos y morales de su debacle múltiple.

jueves, 21 de mayo de 2009

Foro: Movimientos Sociales en Oaxaca. Actualidad y perspectivas.

domingo, 8 de febrero de 2009

Mark Lanegan: Sobreviviente del grunge.


Víctor García Zapata

Milenio Diario, 8 de febrero de 2009


El diablo anda suelto. Frenético e imparable Mark Lanegan comienza este año dispuesto a seguir cosechando los beneficios de las fructíferas asociaciones que plasmó en los dos álbumes que editó el año pasado: Saturnalia con The Gutter Twins y Sunday at devil dirt a duo con Isobel Campbell. Se trata de dos obras que vistas en conjunto recogen sus identidades pasadas y dan luz sobre los nuevos caminos por los que podría encauzar su genial y productivísima creatividad musical.

Poco se sabe de este personaje en nuestro país, pero lo cierto es que su ya larga trayectoria lo identifica como uno de tal relevancia que su rastreo equivale a trepar por los árboles genealógicos del rock alternativo estadounidense: Primero por las del grunge y, luego, por las de los oscuros y ásperos caminos del rock de cantinas y cabarets del bajo mundo americano. Sí a principios de los noventas fue clave en la confección del sonido Seattle, hoy es la nítida síntesis entre la crudeza de Tom Waits y la elegancia de Nick Cave. No es poca cosa por donde se le vea y mucho vale revisitarlo.

Nació en el 64 en Ellenburg. Suficientemente cerca de Seattle como para andar por sus calles cada que su familia disfuncional lo orilló a la vagancia, cuando no a la prisión. Hijo de pequeños comerciantes, en sus andanzas se fue encontrando con los entonces “loosers” que luego fueron rockstars y hoy son mitos el grunge: el productor Jack Endino, Kurt Cobain, Elliot Smith, o los Green River de Stone Gossard.

Juntos, con muchos más, utilizaron el rock crudo y guitarrero para construir su propia alternativa de trascendencia y evitar su destino manifiesto como explotados económicamente y alienados en lo emocional. Ninguna otra cosa podrían esperar considerando que Seattle tiene los índices más altos de desempleo, suicidios y enfermedades mentales de Estados Unidos. Nunca pretendieron salvarse más que a ellos, pero ya de paso lograron evitar que el rock sucumbiera a manos del dance y el acid house que por esos tiempos ya conquistaban al sonido Manchester.

La primera trinchera de Lanegan en esta rebelión de finales de los 80 y principios de los 90 se llamó Screeming Trees. No lograron record de nada pero si posicionarse como el atrevido puente entre la psicodelia, el post punk y el grunge gracias un sonido tan crudo como oscuro y ochentero, siempre de garage.

Las permanentes y naturales recomposiciones de los batallones lo llevaron a colaborar con Mad Season con quien grabó el único disco del grupo de nombre “Above” que hoy tiene el carácter de seminal en tanto que fue la plataforma de lanzamiento de Mike Macready hacia Pearl Jam, de Len Stanley hacia Alice Chains y de John Baker Saunders hacia Walkabouts, éstos últimos mucho menos conocidos que los otros pero, sin duda, los más eruditos y exquisitos del circuito.

Cumplido el ciclo de auge del movimiento grunge hacia la segunda mitad de los 90, Lanegan asumió el papel de progenitor y le entregó la estafeta a los Queen of the stone age, emparentando aun más al grunge con el stoner rock, el primero refiere a la frialdad citadina, el segundo a las aridez del desierto. Entre 2001 y 2005 hizo de su vocalista y dicen muchos que aportó buena parte de su sonido.

Su carrera en solitario ha estado siempre en paralelo, aunque en segundo plano. En Bubblegum (2004), su obra cumbre, editada por Beggars Banquet, consigue pendular entre la sordidez y la elegancia, entre el grunge rock de su antes y la irónica balada de su ahora, siempre transmitiendo oscuridad y desnudez emocional. Como era de esperarse, se arropó de colaboraciones de colaboraciones de lato nivel: Izzy Stradlin y Duff Mackagan de Guns and Roses, y la musa de los poetas malditos de nuestro tiempo, Polly Jean Harvey.

Los duetos de los que hoy forman parte, parecen ser colaboraciones tan sólidas como especificas. Como si en ellas resumiera su vertiginosa carrera basada en las exploraciones introspectivas que disparan sus ambientes musicales, y las efímeras pero explosivas asociaciones con talentos excepcionales. La primera aporta retrospección, la segunda abre nuevas veredas.

The Gutter Twins es un dueto con Greg Dulli, otro gigante cuya notoriedad es muy tímida con respecto a su importancia. Sus vidas siempre corrieron en paralelo: mientras Lanegan vivía lo relatado Dulli formaba los Afghan Wings, colaboraba con Dave Pirner (Soul Asylum), Mike Mills (REM) y Thurston Moore (Sonic Youth) en The Backbeat band, para luego hacerlo con David Grohl en los Foo Fighters.

Con la escocesa Isobel Campbell es inevitable caer en el cliché de la bella y la bestia. Mientras con ella él se escapa de las periferias ella con él visita los arrabales. Campbell antes formó parte de Belle y Sebastián que se volvió famoso por aderezar el folk con el indie. Tuvo después algunas experiencias coqueteando con el jazz y pop retro. Encontró a Lanegan buscando a Tom Waits, lo calificó como “una de las voces más especiales de la música actual” y desde entonces trabaja con él como cuando su ídolo Lee Hazlewood trabajó con Nancy Sinatra. En 2006 grabaron “Ballad of the broken seas” (el cover de Hank Wiliams “ramblin man” les salió un rolon) y la experiencia resultó tan acogedora que dos años después reincidieron con “Sunday at devil dirt”.

Mientras que Saturnalia suena al bastardo producto que surgiría de un acostón entre nirvana y sisters of mercy, Sunday at the devil dirt anda por el blues, el trip hopero, el folk. y la “americana”: de Portishead a Bright eyes pasando por Leonard Cohen.

Lanegan encontró las compañías que equilibran sus emociones. Con Dulli comparte créditos y composiciones, con Isobel presta su voz, sus arreglos y su presencia. Ella pierde inocencia, él gana estabilidad. Por ello ahora puede opinar lo que en años sórdidos no le habría pasado por la cabeza: “No creo que sea necesario sufrir para llegar a ser buen músico. Tampoco creo que puedas vivir sin experimentar el sufrimiento, porque eso forma parte de la condición humana. Como escritores a veces podemos arrojar parte de eso en nuestras canciones, pero también podemos arrastrar a ellas los buenos momentos y la esperanza que traen esos buenos momentos”. (Rockdelux, 261)

Como cualquier revolución, la de Seattle provocó mártires y múltiples destinos: Len Stanley y Kurt Cobain murieron trágicamente; Mudhoney y Sonic Youth reaparecen intermitentemente; Eckman y Torgensen (Walkabouts) hacen música finísima pero enclaustrada; Pearl Jam parece conformarse con un merecido lugar en los libros de texto junto a los épicos Dylan, Springsteen, Petty y Young.

Mark Lanegan, en cambio, continua buscando abajo, explorando nuevas rutas, formando colectivos inéditos, generando las condiciones para, en cualquier momento, desencadenar otra revolución.