jueves, 9 de junio de 2005

Diario de un Skin – (o la infiltración como forma de vida)


Victor García Zapata
Milenio Diario, mayo de 2005

Sorpresivamente, el best seller “Diario de un Skin”, continua acumulando comentarios y generando discusiones sobre la ultra derecha en tierras ibéricas, a pesar de que su primera edición fue publicada ya hace mas de 2 años, en enero del 2003.

Y es que, cuando pensábamos que habían concluido sus días de gloria en el marketing editorial, Diario de un Skin fue revivido en formato TV Movie por el joven aunque reconocido cineasta español, Jacobo Ripsa, quien tuvo a bien presentar con éxito en la recién concluida 8va edición del festival de cine de Málaga, donde, por cierto, fue el principal centro de atención.

Una vez mas pues, han reiniciado las controversias cibernéticas, las dudas sobre la personalidad y el paradero del autor, los debates sobre las relaciones entre la Ultraderecha y las barras del Real Madrid y del Español de Barcelona, y en fin, todo aquello que se sucedió a la publicación del relato de la infiltración de un periodista en el movimiento de las cabezas rapadas de ultraderecha en España.

La TV movie de Ripsa es el tercer producto surgido de la audacia de Antonio Salas, pseudónimo del periodista que primero publico el libro y después el documental con las escenas que logro tomar con la cámara oculta que, asegura, siempre trajo consigo y nunca fue descubierta a pesar de verse envuelto, por los gajes mismos de la infiltración, en peleas contra grupos izquierdistas o en ardientes encuentros sexuales con mujeres skins que lo acosaron por ser la novedosa joya del movimiento.

Con el fin de hacerla accesible a una tarde de domingo frente al televisor Ripsa le dio a la película un guión y una trama bastante similar a la mostrada en Historia Americana X, filme protagonizado por Edward Norton, y que de alguna forma muestra algunos
rasgos del Ku Kus Klan estadounidense. Sin embargo, la verdad sea dicha, lo que menos ha importado acerca de la película es la película misma, mas bien, por un lado, la reedición del debate sobre un sector que lejos de desaparecer sobrevive de muchas maneras y formas en la península ibérica, y, por otro, la critica de especialistas a labor periodística de Salas.

Desde su presentación, Salas ha recibido de manera habitual la critica por enfocarse en aspectos frívolos de las cabezas rapadas, incluso, se ha llegado en poner en duda la veracidad del documento. Y es que, en efecto, algunos pasajes de la aventura parecerían propios de una aventura hollywoodesca marca Michael Douglas. Por supuesto, la sobrevivencia de la cámara oculta durante los mas de 5 meses que duro la simulación es un aspecto difícil de creer, como también lo es la historia del policía que le aviso que había sido descubierto y que seria mejor esconderse si no quería ser brutalmente agredido apenas ingresara a las tribunas del Santiago Bernabeu.

Ahora bien, lo cierto es que no disponemos de elementos suficientes para descalificar la paliculesca aventura, por lo que, no nos queda de otra mas que reconocerla como una acción de audacia extrema y riesgos incalculables. Después de todo, sobrevivir tanto tiempo disfrazado de Skinhead, cuando antes se ejercía de hippie comeflores con todo y raztas, como lo confiesa el propio Salas, requiere de una habilidad camaleónica que el propio David Bowie envidiaría.

Según Salas, no basta con aprenderse de memoria toda la literatura fascista- hitleriana para poder pasar exámenes de conocimientos Skinheads, lo necesario es asumir el papel del personaje que se va a representar, no imitarlo si no lograr serlo incluso ante uno mismo. Primero se rapo, luego lleno su habitación de afiches y banderas del nacional socialismo, después se asumió como seguidor de la música O! y, al final termino participando en golpizas a seguidores del Osasuna de Pamplona, equipo que en España es reconocido como anarquista, por lo tanto odiado por la ultraderecha.

Al final, lo que nos muestra Salas, en un libro que no ha perdido vigencia, es una visión comprensiva, a veces en exceso, de las razones que engendran a los jóvenes que asumen dicha identidad. Ofrece las razones desde el ámbito político, hasta la dimensión esotérica de quienes creen que son parte de una raza divina, pasando por la música y la vestimenta.

Resalta por supuesto, el relato que hace de la relación entre los Skinheads con el fútbol y en especial con el Real Madrid. Hay que recordar que hace pocos meses el jugador Africano Makelele tuvo que ser dado de baja por el equipo debido a los insultos que recibió justo de la Ultrassur, barra racista integrada por los cabezas rapadas. Después de todo, esos mismos jóvenes son socios del club y cuentan con voto en las decisiones de este, representando una fuerza corporativa importante para las fuerzas franquistas, que, siempre se ha sabido, apadrinan a los merengues.

En general, Salas dibuja un escenario que desarrolla entre la clandestinidad y lo sabido por todos. En todo caso, esta claro que la expansión del pensamiento de Hitler y la migración constante de africanos a territorio español, han sido motivos – por supuesto, condenables- para la consolidación de la ultraderecha nacional socialista en la península ibérica y en toda Europa. Cabe recordar, como lo hace Salas, que los Skins no solo enfocan su violencia hacia los negros, lo hacen también contra todo aquello que perturbé la pureza de la raza: homosexuales, indigentes, mestizos, entre otros.

Tras la edición del libro en 2003, y el posterior documental, Salas ha vivido en la clandestinidad, amenazado todo el tiempo por quienes fueron infiltrados como por reporteros sensacionalistas, con que su identidad será revelada, lo que hasta el momento no ha sucedido. Esto sin embargo, no le ha impedido seguir trabajando de la misma forma, y en estos días, en los que resuenan los ecos de “Diario de un Skin”, también se escuchan las consecuencias de su publicación del 2004 titulada “El año que trafique con mujeres” en donde narra su intromisión secreta en el bajo mundo de la prostitución y la trata de mujeres.

Convertido en todo un Carlos Cuauhtemoc Sánchez, al menos en lo que ha ventas se refiere Salas asegura que su libros han servido para develar una realidad oculta y para hacer recapacitar tanto a jóvenes para que dejaran de ser Skins, como a mujeres para que dejaran de prostituirse, así que envalentonado ahora desliza su deseo por infiltrarse en el terrorismo islámico: en fin, hay de todo en esta viña del señor. Cualquier cosa que sobre este singular personaje quiera consultarse puede hacerse en su página de Internet: www.antoniosalas.net

Salas Antonio, Diario de un Skin, Ediciones Temas de hoy, España, Primera edición Enero de 2003.