lunes, 7 de mayo de 2012

Patti Smith en el Diego Rivera

El 5 de mayo en el Diego Rivera, vimos a una banda que no perdonó decibeles y destrozó todo el alrededor. Vimos a una mujer que derrumbó todo para levitar nosotros. Vimos a la reyna del punk. Vimos el cruce de Bowery y Bleecker. Vimos a Ginsberg, a Janis, a su Robert y a Warhol. Vimos la dignidad de una mujer rabiosa, freaky, feliz. Fuimos la furia de nuestros idilios en el CBGB. Vimos a una extenuante mujer emocionada y emocionante que lloró y se conmovió. La vimos sabia y energética orgullosa de su cancionero añejo. Abrió con “Dancing barefoot” y cerró con “Rock and roll nigger”, asfixió con “Because the night” y la banda celebró con: ¡¡“born to loose” de Jonnhy Thunders!!! La vimos arrastrarse y contorsionarse. Desgañitamos con “people have the power”. Vimos Washington Square y William Blake. Vimos al mentor Harri Smith, paseamos por el Chelsea bajo luna llena. Nos sentamos en el Max Kansas y vagamos en St. Marks. Vimos la suciedad urbana que limpió al rock. Fuimos múltiples generaciones y barrios de antaño. El 5 de mayo en el Diego Rivera: Vimos a una época.

viernes, 4 de mayo de 2012

Mark Lanegan: “Blues Funeral”. La luminosidad del negro.

Nunca fue la idea de Mark Lanegan comerse el pastel de un solo bocado. Tras ser figura indispensable del surgimiento del grunge en los 90 avanza discreto, a pasos lentos, seguro de que los clímax que más valen llegan sin pretenderlos pero con la audacia permanente del explorador. De la furia metalera pasó al blues y al rock oscuro abonando a su escencia mítica. Pero cuando comenzábamos a palparlo asentado y resignado a ser la voz de la creatividad de Isobell Campbell, sorprende con un disco propio, que cuaja y alucina profundo en los sentidos. Un disco elegante en donde Lanegan es inconfundible pero donde la crudeza de otras veces se diluye en elegancias atmosféricas que lo hacen sumamente acogedor. Con “Blues Funeral” confirma que es un grande al que no le interesa emerger al maisntream. Lo suyo es cualquier cosa que suene a coladera: Conjugar voces fantasmagóricas con ambientes etéreos con riff de garaje con acústicos llenos de melancolía con rudeza y rasposidad a la Tom Waitts con trasfondos a veces trip – hoperos a veces densos a veces cordiales a veces angustiantes. Hoy, más que nunca, emotivos. Es, como él, un disco oscuro que de ninguna manera puede pasar desapercibido cual música de fondo. Con letras sobre tormentas emocionales en las que implora a la caridad y advierte que el "el gris devino en negro" Construye ambiente, obliga a atenderse y a viajar, a soñar a alucinar y a caer y azotar…such is life. Imposible saber que sigue para él. Conociéndolo, más sencillo resulta pensar que se dedicará a seguir explorando géneros diversos con distintos grupos y colaboradores. Seguro que seguirá prestando su cavernosa voz tan socorrida en estos días. Pero seguro, también, que en cualquier momento, aunque tarde un poco, sorprende con otro disco de dimensiones tan profundas y elegantes como el “Blues Funeral” (4AD, 2012)