miércoles, 4 de julio de 2007

Jello Biafra: el punk y la palabra


Víctor García Zapata

Cuando los actuales miembros de la histórica banda de punk, Dead Kennedys, decidieron visitar nuestro país para participar junto con los Misfits en una épica tocada en el Centro Rayo de Tlahuac, Distrito Federal, aquel frió 31 de enero de 2004, seguramente no esperaban que los punks mexicanos les reclamaran con tanto fervor la traición que años atrás le propinaron al vocalista e ideólogo original de la banda Jello Biafra, quien salio del grupo cuando los otros tres miembros cedieron los derechos de la canción Holiday Cambodia a la compañía de pantoles Levis. Los reclamos fueron tan airados que incluyeron portazos, botellazos, toma del escenario y suspensión del concierto.

Hoy, mientras sus ex compañeros reciben ofensas donde quiera que van, Biafra recorre Estados Unidos con un show de rap – spoken word, en el que ya ha compartido escenario ni más ni menos que con el lingüista radical Noam Chomsky y con el historiador Howard Zinn pues así como aquel día demostró serlo en México, Biafra es una leyenda de la lucha por la igualdad y la libertad de expresión reconocido por punks de todo el globo y que no solo perturba la conciencia de sus ex compañeros de grupo si no la de los políticos y medios de comunicación de Estados Unidos.

Aunque la configuración de su personalidad es patológicamente alternativa, lo cierto es que Biafra no puede catalogarse como un personaje subterraneo pues es ampliamente conocido por su actividad musical pero también por su activismo político, sus disputas legales, su creación literaria, sus experiencias como actor, entre otras tantas cosas que lo convierten en un sujeto hiper activo y plenamente reivindicable.

Nació en 1958 en Boulder, Colorado. De sus padres, ambos trabajadores sociales, retomó el interés por la justicia social. Se mudó a San Francisco de donde obtuvo la acidez de los beats y el ímpetu pacifista del movimiento hippie, estudió actuación en la Universidad de Santa Cruz (el pequeño Berkeley) de donde sacó una peculiar capacidad histriónica. En 1978 formó los “Kennedy Muerto” grupo que revolucionó la escena como solo alguien de San Francisco podía hacerlo: combinando la velocidad y visceralidad del punk de Los Ángeles con la intelectualidad del punk neo yorkino, influenciados sobre todo por los Ramones, Wire, Middle Class, Black Flag y Minor Treta. Aceleraron las melodías y contribuyeron a la creación de lo que ahora se conoce como hard core.

Con los “Kennedys” dedicó buena parte del tiempo a acosar cuanta convención demócrata o republicana tenia lugar, pero también a desafiar la capacidad de censura de los conservadores. En 1985 grabaron “Frankeschrist” e incluyeron en el interior un dibujo del prestigioso H.R. Giger: Penis Landscape (El paisaje del pene). En 1986 Jello Biafra y otras cuatro personas fueron acusadas del cargo de "distribución de material obsceno para menores". Fueron sentenciados a un año de prisión y u$s 2000 de multa. El caso tuvo relevancia nacional y artistas de la talla de Frank Zappa y Crass apoyaron públicamente a Biafra y compañía.

La banda se disolvió en 1986 dejando un importante legado de experimentación guitarrera, letras llenas de ironía antisistemica y presencia escénica solo comparable con la del Iggy Pop de aquella época. Grabaron 6 discos, sus mayores éxitos fueron los sencillos “California Uber Alles” y la mercantilizada “Holiday Cambodia”.

Desde entonces, la actividad creativa de Biafra ha sido vertiginosa en varios ámbitos. De 1980 a la fecha, por ejemplo, ha dirigido la disquera Alternative Tentacles que es ya una referencia sólida y consagrada de producción independiente. Musicalmente ha experimentado lo mismo estridencias como la del Grupo Lard que formó con el Al Jurgensen de Ministry, que discos campiranos como el estupendo “Prairie home invasión” que grabó en 1994 en colaboración con el músico de country Mojo Nixon. También ha participado en discos de Sepultura, The Melvins, The Offspring, entre otros.

Pero, indudablemente, su orientación artística se ha definido claramente por “la palabra hablada”. Con este estilo ha grabado 8 discos, siendo el ultimo el de “In the grip of the oficial treason” de 2006 que justifica la actual gira. Se trata de un álbum triple en el que Biafra parece haber alcanzado la madures en la interpretación de un genero desconocido en sus primeros años de carrera. La revista Nerve lo calificó como “el principal disco de spoken word desde la muerte de Bill Hicks” y la Uncut como “el grito esplendoroso de quien quiere sus país de vuelta”.

En todo caso lo importante de un disco y una gira más de Biafra es que continúa buscando formas no convencionales de hacer política y encontrarse con la gente. Siempre sus formas han sido poco ortodoxas, nomás basta recordar su campaña electoral de 1979 para la alcaldía de San Francisco en la que, auspiciado por el Partido Verde de Ralph Nader obtuvo el nada despreciable cuarto lugar: “Se trataba, dijo, de ridiculizar la campaña del alcalde de entonces, otro demócrata de derechas. Algunas partes del programa tenían perfecto sentido, sigo creyendo que a los policías los debería elegir la gente del distrito donde van a trabajar. Así se puede evitar que maten a tantos chavales negros. Legalizar la ocupación también es una buena idea. Sin embargo, los medios comerciales estadounidenses se fijaron más en otras propuestas, como la que propugnaba una ley que obligara a los hombres de negocios y a los banqueros a vestir trajes de payaso”[1].

Organizó la gira del festival Rock against Reagan, fue orador principal en una de las manifestaciones contra la Organización Mundial de Comercio en Sattle en 1999, promovió apoyos a las organizaciones de activistas que con trabajo y donaciones suplieron la falta de ayuda gubernamental a Nuevo Orleáns tras el huracán Katrina, ha participado en más de 14 documentales, entre otras muchas acciones como militante activo del Partido Verde.

Sus aportaciones musicales y la continuidad de sus activismo lo han convertido en referencia para muchos Buzz Osborne de los garageros The Melvins resumió todo diciendo: “Creo que la industria de la música en general tiene una deuda muy grande con Jello Biafra, una deuda que no muchos estamos dispuestos a pagar porque el es el principal defensor de la libertad de expresión de los últimos 50 años”.


[1] http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=3790

Billy Bragg publica su autobiografia



Víctor García Zapata

Milenio Diario 06/11/07


Muchos e inimaginables son los motivos por los que alguien puede decidir escribir su autobiografía. Hay quienes lo han hecho para revelar secretos que en los tiempos climáticos de su vida publica eran inconfesables, mientras que otros, quizás, han preferido editar apologías de lo que consideran una vasta y exitosa trayectoria vital.

Pero hay también quienes usan la recuperación literaria de su experiencia para continuar la búsqueda fenomenologica que ha dado razón a su existencia. El reconocido historiador ingles, Eric Hobsbawn confiesa en su autobiografía “Los Años Interesantes”, por ejemplo, que el decidió escribir sobre su vida porque aunque su trascendencia no traspasa las paredes de algunas aulas universitarias y las “indelebles huellas sobre papel” de sus libros, hablar de si mismo puede ayudar a entender el convulso y complejo siglo XX, pues su autobiografía recoge sus andanzas por varios países y continentes, propias de quien desde los 16 años decidió dedicarse a la observación y evolución de los sucesos de su época.

Similar a la del marxista Hobsbawn, parece ser la razón por la que el celebre cantautor Billy Bragg decidió publicar “The Progressive Patriot”, su auto – biografía, que desde el pasado 30 de mayo se ofrece en las librerías de todo el Reino Unido convirtiéndose en apenas una semana en Best Seller.

“El progresivo patriota”, en español, constituye según palabras del propio Bragg, “una búsqueda de la identidad británica” a partir del recorrido de su trayectoria como músico, y como activista político crítico de un sistema monárquico – capitalista, contra el que se ha manifestado al menos desde la explosión “punky” de 1977, cuando decidió formar un grupo llamado Riff Raff con el que grabó sus primeros e independientes pininos.

Nacido en 1957, Bragg ya antes había buscado identidad justo ahí donde se resguarda la soberanía nacional: La armada británica. Pero pronto llegó su insatisfacción ante las respuestas militares y mejor optó por hacer de la música su principal vehículo de expresión y exploración. Y lo ha hecho con tal elocuencia y constancia que el periódico Times lo consideró todo un “tesoro nacional” que ha dejado huella indeleble en la conciencia británica, convirtiéndose, “en el guardián de la tradición oposicionista radical del Reino Unido”.

Una vez disuelto Riff Raff, en 1981, Bragg comenzó su meteórica carrera de solista, llegando a ser clasificado como cantante “anti folk”, pues aunque trovero de esos a los que con su guitarra les basta para armarse una canción, un disco y una vida entera, el buen Billy develó que más que Dylan y Guthrie fueron Joe Strummer y The Clash los que delinearon la peculiaridad de su estilo: “Escuchar a The Clash, fue una fuerte influencia para mi, no solo porque fue la banda que politizó al movimiento punk, si no porque sabían como motivarte a seguir su línea”, ha declarado en varias ocasiones.

Socialista declarado, la actividad política ha sido básica en la trayectoria y en la identidad de Bragg. Cualquier ensayo que sobre el se ha escrito da cuenta de su apoyo a la huelga de mineros de 1984 –85 y de su consecuente campaña contra Margaret Thatcher y contra el partido conservador entero. Sin pudor occidental giró varias veces por países de Europa del Este, también por Centro América y, como los Clash, se declaró seguidor de la revolución sandinísta de Nicaragua. Fundó después, junto con el músico Paul Weller, la asociación Red Wedge (Cuña Roja) que realiza actividades para apoyar la lucha obrera.

Ser, sin embargo, un emisario ideológico del legado punkero de finales de los 70s, armado solo de una artesanal guitarra acústica, no era empresa fácil en una etapa en la que lo que comenzaba a dominar era la música “dance” propia de un país post industrial en decadencia, cuyos jóvenes sustituyeron el sonido de las maquinas paradas por notas sintetizadas. De aquella época emergerion Depeche Mode, New Order, Pet Shop Boys, entre otros “tecno – pops”, pero también los Smiths de Morrisey, quienes al igual que Billy Bragg “se distinguieron por, sin renunciar a unos principios de independencia artística y ética, combinar en mayor o en menor grado la búsqueda a favor del publicó y una incansable voluntad de trascendencia artística”.

De hecho, no solo de política ha hablado Bragg, incluso no pocas veces se ha burlado de lo forzadamente trascendente: “No quiero cambiar el mundo, no estoy buscando una nueva Inglaterra, estoy buscando una nueva chica” ironizaba en “New England”. En considerables ocasiones, ha compuesto sobre relaciones amorosas. “Querencias políticas aparte, - dice Half Nelson - la sinceridad y belleza desprenden muchas de sus canciones de amor (de She´s got a new spell a Levi Stubbs Tears) le convierten en uno de los grandes y consistentes compositores de los 80s” .

Desde 1983, año en el que grabó su primer disco titulado “Life is a riot with spy vs spy” hasta nuestro días, ha grabado 16 discos en estudio más unas cuantas recopilaciones y re – ediciones. Su tercer disco, “Talking with the taxman about poetry” de 1986 alcanzó la posición 20 en las tablas de popularidad siendo hasta ahora el de mayor éxito. El single que mejores lugares le ha redituado es el cover de los Beatles “She is leaving home” del álbum “Reaching to the converted” que ocupó el primer lugar en 1999. Su canción “New england” llego al top 10 versionada por Kirsty Macoil en 1985.

Celebres han sido sus grabaciones con el famoso productor e inductor de muchos al mundo de la música comercial, Jonh Peel, pero seguro que sus “Mermaid Avenue I y II” de 1998 y 2000 respectivamente, grabados junto con el grupo estadounidense Wilco, constituyen sus principales joyas discográficas. Se trata de dos álbumes en los que no hicieron si no musicalizar (y cantar) letras inéditas y recién encontradas, de Woody Guthrie a petición expresa de la hija de este, Nora.

Como decíamos, “Progresive patriot” es una autobiografía pero también es como el subtitulo indica: “una búsqueda por la pertenencia” (a search of the belonging) a la que Bragg ha dedicado su carrera. Pero también es una declaración a favor de una verdadera paz, en un país que mantiene tropas en medio Oriente, basada no en la disolución del diferente, si no en ejercicio de la diversidad. Es, el libro, producto de las reflexiones que a Bragg le provocaron los ataques terroristas atribuidos a Al Qaeda del 7 de julio de 2005 cuando 4 bombas mataron a 52 ingleses. “Los cuatro atacantes suicidas, - escribe Bragg -, eran nacidos en Inglaterra y estaban integrados a nuestra sociedad multicultural. Aun así, nada los detuvo para matar a ciudadanos iguales a ellos. La inclusión es importante, pero si no va acompañada de una sensación de pertenencia ¿que opciones hay de cohesión social?”

Sin lugar a dudas un libro que no solo confirma la valía de Billy Bragg como personaje de la época, si no también, básico para reflexionar sobre las confrontaciones globales del convulso mundo de nuestros días.

martes, 3 de julio de 2007

La genética de John Trudell


Victor García Zapata
Milenio Diario, 6 de abril de 2007

Éste es uno de esos personajes, de los muchos que hay en la historia de Estados Unidos, cuya relevancia pública no es proporcional a la capacidad de influencia que ha tenido en muchos sectores de su país.

Desde los genes que lo engendraron, padre sioux y madre mexicana, Trudell encarnó códigos alternativos para una sociedad poco dispuesta a reconocer los aportes de los pobladores originarios tanto como los de los migrantes provenientes del sur. Nació en febrero de 1946 en la reserva nativa de Omaha, en Nebraska y se ha desarrollado tan eclécticamente que parece ensañarse en ser hombre del renacimiento en plena posmodernidad, pues, hasta donde se sabe, ha sido soldado, poeta, músico y activista.

Sin lugar a dudas, el episodio que mayor relevancia le ha retribuido es el de su destacada participación en aquel famoso asalto a la isla de Alcatraz por parte de indígenas de varias tribus. Trudell fue uno de los principales think thank de aquel suceso que aún es recordado en los anales del activismo izquierdoso de nuestros vecinos del norte, como un acto glorioso.

En 1969, 2 años después de haberse devuelto de su participación en la guerra de Vietnam y convencido del horror de la guerra y de las injustas razones con la que los gobiernos de Estados Unidos pretenden justificarla, Trudell se sumó al movimiento Indians of All Nations (Indios de todas la naciones) cuyos miembros emergieron de las aguas en la bahía californiana de San Francisco para ocupar la isla famosa por la cárcel de máxima seguridad que en los 30s albergó a Al capone, al Hombre pájaro (Birdman) y a decenas de hombres de similar alcurnia delictiva.

Los All Nations lanzaron desde ahí la “Proclama de Alcatraz” mediante la cual declararon a la Isla como “tierra nativa” y propusieron que en las instalaciones de la ex prisión se construyera un Centro de Estudios Nativos, un Centro Espiritual, uno Ecológico y una escuela para indígenas. Trudell fungió como vocero de aquel movimiento que conmovió a los que se dejaron y que, durante los 18 meses que duró la ocupación, tuvo en ascuas a quienes temían un violento desalojo por parte del gobierno de Richard Nixon. Al final, la salida se dio de manera pacífica y provocó cambios legales que a la postre reconocieron la autodeterminación de los pueblos originarios de Estados Unidos.

Terminada la ocupación, en 1971, Trudell se desempeñó como Chairman (Director) del Movimiento Nacional Indígena, posición desde la cual confrontó a muchos miembros de los sectores más conservadores del país, quienes se negaban a reconocerle a los indígenas derechos plenos como ciudadanos. Aunque nunca se comprobó, a estos ultras se les atribuye el incendio de la casa de Trudell en el que murieron su esposa, su suegra y sus hijas, en 1979.

Fue después de tal tragedia que Trudell decidió refugiarse en la creación artística. Acudió primero a la poesía. “Estas líneas son mis bombas, mis lágrimas, mi explosión”, confesaba en sus recitales. Su principal compendio, Stickman de 1980, constituye todo un ideario contra el odio: “No importa lo que ellos nos hagan, nosotros debemos actuar por amor a la tierra y a nuestra gente. No podemos reaccionar con odio contra aquellos que no tienen sentimientos”. Dice en alguno de sus fragmentos.

En esos terrenos de desahogo y profecía, conoció al reconocido cantautor de folk/rock, Jackson Browne quien lo introdujo a la música y ayudó a grabar sus primeros discos basados en el acompañamiento musical a sus poemas recitados con un genuino y aguardentoso spoken word.

A partir de ahí, ya no sólo es reconocido como un activista combativo, entre los círculos más politizados de la intelectualidad anglosajona. Desde que decidió dedicarse a la poesía y a su peculiar expresión musical, Trudell se ganó el reconocimiento de los escritores de cantina, de los outsiders de las urbes del imperio. Se consolidó así como un icono de los fanáticos del infierno “beat”.

En 1992 se incorporó al catálogo de la paradigmática disquera alternativa Rykodisc y desde ahí lanzó su álbum Graffitiman. En 1994 editó Johnny Adams and me que fue calificado por la Rolling Stone como “El matrimonio perfecto entre los ritmos tribales, el canto tradicional, la música moderna y la penetrante poesía de Trudell”.

Pero, no sólo los de inserción precaria en el capitalismo admiran a Trudell, así lo demuestra el hecho de que la hiperfamosa, millonaria y extravagante Angelina Jollie le produjera su hasta ahora ultimo álbum Bone days editado en 2001. El álbum de culto, mezcla blues, folk, rock, hip hop y, por supuesto, música nativa. Bone Days ha sido acusado por muchos visitantes de Amazon.com de revelar tremenda profundidad emocional y de denotar “salud mental en un mundo totalmente insalubre”.

A Trudell también le ha dado por el cine y ha actuado en varias cintas y documentales independientes que, aunque menos relevantes que sus producciones discográficas, le ayudan en el cumplimiento de su objetivo vital: “Mi meta, —reconoce— es comunicar la experiencia humana al nivel en el que la humanidad pueda reconocerla y retomarla. Puede ser una declaración personal, o puede ser una declaración política, el asunto es que provenga del mismo punto de referencia: las experiencias que compartimos como habitantes de este planeta”.

Hoy, es poco lo que sabemos de Trudell. Sabemos que en febrero cumplió 71 años de edad, nos consta que el documental de su vida, estrenado a principios del año pasado en el Festival de Tribeca en Nueva York, circula ya en DVD y recién nos enteramos también de que anda de gira subterránea por California con su grupo Mad dog, alternando con su admirador y poeta gótico Johnny Indovina de Human Drama. Así es la vida de los personajes del underground.

Anni Di Franco: El encanto de la complejidad


Víctor García Zapata
Milenio Diario, 14 de enero de 2007

Hay sucesos generacionales que irremediablemente marcan la vida de cualquier artista estadounidense cuya tarea sea la de representar simbólica y estéticamente la realidad de su país. Sí antes fueron la derrota en Vietnam, el shock del Watergate o la Guerra de las galaxias, los que determinaron el rumbo profesional de muchos, hoy, tras el 11 de septiembre, la invasión a Irak y las mentiras de Bush para justificarla, el escándalo de Enron y el Huracán Katrina con todo y los corruptos procedimientos gubernamentales que desnudó, son los componentes de una deteriorada moral de nuestro vecino del norte de la que muchos artistas dan cuenta en sus nuevas producciones. Así lo describe la cantante folk Anni Difranco, en su último disco Reprieve, confirmando los tópicos que dominan la sensibilidad de cantantes mínima-mente involucrados con lo que sucede a su alrededor.

Reprieve es el 16vo disco de Difranco en igual numero de años transcurridos después de la aparición de su primer álbum homónimo. En este álbum, como en todos los anteriores, Difranco se asume como acido juglar capaz como pocos de identificar las fibras sensibles de las relaciones sociales y de plasmarlas con magistrales juegos de palabras en cada una de sus canciones.

Se trata de un disco con producción mínima en el que la autora solo acompaña su voz, guitarra y bases electrónicas con el bajo de Todd Sickafoose. El disco recrea ambientes algunos minimalistas y otros juguetones, dignos de quien lo mismo canta trova que recita rap desafiando sin pudor cualquier estructura rítmica que se le ponga enfrente.

A unas cuantas semanas de su lanzamiento en Estados Unidos y Canadá Reprieve ha cosechado ya comentarios muy favorables en reseñas de la talla del New York Times que puso el acento en el hecho de que con sus ligeras texturas electrónicas este disco pone a las atmósferas y al contenido lírico en el mismo nivel de importancia y la del londinense The Independet que lo considera como el mejor disco de Difrnaco por sus preciosos arreglo folk – jazz.

Nacida el 23 de septiembre de 1970, cuando su pueblo Búfalo en Nueva York, aun respiraba la liberadora ganja del cercanisimo en tiempo y espacio Woodtock, comenzó acumulando prestigio en los circuitos de culto de los radio colleges para después ocupar también, los charts del mainstream. Su disco de 2004 Educated Guest fue rankeado en la posición 37 de Billboard y en el primer lugar del Top Indepedent álbum.

Forjó su fascinante personalidad a fuerza de conjuntar la ironía trovera del legendario ambientador de trenes en los años 20s, Woody Guthrie, la combatividad del omnipresente Dylan, la sensibilidad de la influyente sesentera Joni Mitchell y la vocación exploradora de Suzanne Vega, con todos aquellos ritmos hip hoperos que la recibieron a los 20 años cuando se mudó a la gran manzana. De ahí que sin esfuerzo pueda entonar melódicas baladas, eufóricas protestas sociales, desgarradores escupitajos introspectivos e irónicos corridos con inusual habilidad para el spoken Word.

Austeramente ecléctica DiFranco no acostumbra incluir arreglos extravagantes en sus producciones, pero ha demostrado gran capacidad para acoplarse con artistas tan disimbolos como lo que en distintos momentos la han acompañado: el “countryman” Utah Philips, el rapero Corey Parker, el inclasificable Prince y la pop rockera Cindy Lauper, entre otros. Gusta también de homenajear impregnado siempre su estilo, de tal forma que a manera de reconocimiento ha grabado extravagantes versiones de Pete Seeger (my name is Lisa Kalvelage), Woody Guthrie (Do re mi), Bruce Springsteen (used cars) y seguro que de muchos más que en algo la han influenciado.

Además de ser reconocida como prolífica compositora capaz de crear fragmentos literarios para editar un disco al año, con excepción del año 2000, Anni es reconocida por reivindicar todo aquello que le suena a independiente, incluyendo su carrera misma, pues cuando adolescente fundó su casa disquera Rithgeous Babe Records desde donde ha lanzado su caudal de álbumes en estudio y sus inconmensurables ediciones en vivo similares en cantidad a los famosos “cartones” de Pearl Jam.

Activista radical, Difranco es hoy parte infaltable del soundtrack de dos sucesos combativos que acompañó de cerca y que han marcado a miles de jóvenes estadounidenses: las protestas en Seattle que en 1999 conmovieron al mundo tomando la ciudad, obligando a la cancelación a la ronda de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio y engendrando a las tan difundidas protestas globalifobicas. Y de las recientes protestas antibelicas mediante el impulso a la organización No en Nuestro Nombre y la grabación de varios discos recopilatorios que han servido para reunir fondos para las acciones pacifistas.

Cuando ha participado en política electoral lo ha hecho para apoyar a los más duros de las boletas: En el 2000 se sumó junto con Michael Moore a la campaña del líder histórico de los verdes Ralph Nader y en 2004 apoyó en las elecciones primarias de los demócratas a la representante del ala ultra de dicho partido moderado Denisse Kucinich.

Otra reivindicación indisoluble de Anni Difranco es la de diversidad sexual. Aunque ha reincidido una vez en cometer matrimonio heterogéneo, se ha declarado abiertamente bisexual. Es a juzgar por los tópicos habituales de sus canciones firme defensora de los derechos de las mujeres. Apenas el 21 de julio de este año recibió de la Organización Nacional para las Mujeres el premio nacional de empoderamiento femenino.

Amante de los conciertos aun más que de grabar en estudio, comenzó ya la gira de presentación de Reprieve. La esperan de aquí a final de año 14 estados de la Unión Americana, para después embarcarse en los festivales que en buena medida la han catapultado al publico masivo, tanto el legendario Newport como el Folk Fest de Vancouver y el Jazz and Heritage de Nueva Orleáns, entre otros, han registrado sus carismáticas e inspiradoras presentaciones.

Musa irreverente de tantos como demuestran las paginas webs creadas en su honor, Difranco confirma con Reprieve que aun le queda mucho camino por sorprender y que las características que sintetiza la hacen digan de ser considerada como una de las cantantes más representativas de la compleja época que angelical y genialmente ha musicalizado desde hace 3 lustros.

Las malas lenguas: Vuelven los Auseron


Víctor García Zapata
Milenio Diario, 22 de octubre de 2006

Aunque nunca se fueron “las malas lenguas” sabe al regreso de los Auserón. Y es que se trata de un disco con irremediable aire retrospectivo, no solo por ser un compilado de covers de canciones en ingles traducidas al español, si no porque vuelve a poner juntos, en disco y en directo, a los míticos hermanos del rock en español, aquellos que en los 80s se comieron al mundo con su legendario grupo Radio Futura.

Con la confianza de saberse consagrados y la ligereza que siempre los ha caracterizado tuvieron la ocurrencia de castellanizar el ahora hotel del dolor de Presley y al hombre flaco de Dylan, entre otros, para crear un disco mas bien gracioso y divertido, que sin embargo no deja de evidenciar la calidad musical de estos hijos pródigos de la movida española, aquella espectacular explosión de grupos de rock que liberó a los jóvenes ibéricos del martirio de Roció Durcal al que la dictadura los tuvo sometidos sin asomo de piedad.

Por eso no sorprende el éxito de la gira de presentación del álbum que recién terminó la semana pasada en Madrid. Después de casi un año de presentarse primero en teatros cerrados y luego en plazas al aire libre Están denunciado que España todo les celebra a estos muchacho ya medio betarros que, sin embargo, mas que dormirse en sus laureles siguen explorando cuanto territorio musical se les pone enfrente.

Y con ese ánimo scout que siempre se han cargado pues difícil imaginar que hayan permanecido quietos desde la disolución de Radio Futura en 1992 hasta la fecha, por el contrario, si de alguien podemos asegurar que duermen, comen y respiran música es de este par de Zaragozanos. Baste con recordar que antes de ejercer como rock Stars lo hacían como críticos de música en la revista Disco Express.

Luego, contemporáneos de Los Secretos, Alaska y Dinarama, Parálisis Permanente, Burnin entre otros, evidenciaron desde Radio Futura sus conocimientos sobre la historia del rock. Se han declarado seguidores de los Kinks, de Dylan, de Mingus, de Roxy Music, entre otros, pero también del Son Cubano.

Intelectual como pocos rockeros, Santiago escribo en 1991:

“Hay un paralelismo entre el rock y el son (a grandes rasgos, y salvando las distancias) que tampoco parece mera coincidencia. Ambos surgen de una semilla africana, plantada en el Nuevo Mundo. Ambos van del campo a las ciudades. Buscan el goce inmediato, y en ellos predomina el ritmo sobre armonías simples y profundas. Sin embargo ambos se revisten a menudo de una enigmática trascendencia, "hablando lengua", como dicen los santeros. Con su estilo directo, ambos fabrican poesía a partir de la vida diaria, multiplicando mundos por los rincones del patio y de la casa. Quizá el encuentro de uno y otro nos dará la clave definitiva en que hemos de recuperar, en el extremo del desarraigo, un uso básico y primitivo de lo musical.”

Explicación con la que adelantándosele al Buena Vista Social Club de Ry Cooder produjo en 1992, la recopilación “semilla de son” para difundir la música del Trío Matamoros, Benny Moré y otros clásicos de la música Cubana. Después le produjo una recopilación a Compay Segundo.

Y ocurrencia como esa los hermanos han tenido varias. Luís es algo así como el técnico del dúo. Explora con instrumentos, cajos de ritmos y sintetizadores, formalmente es guitarrista pero emite sonidos tan diversos como los de cualquier hombre orquesta. Después de Radio Futura grabó en solitario un disco experimental ( ), fue y vino de Brasil para investigar sobre las raíces de la música negra, armó Animal Tour y la Huella Sonora, sellos productores que desde entonces los ha auspiciado a Santiago y a vario más, y desde donde produce a decenas de almas creativas que necesitan orden para sus ideas.

La carrera de Santiago ha sido la más visible y ecléctica. Estudió filosofía, dicta conferencias, musicalizó poemas de García Lorca, fue y vino de Cuba para investigar sobre las raíces de la música negra, grabo el disco de jazz “Fabrica de tonadas” con las virtuosos más reconocidos del Estado Español, y, entre otras actividades, dio vida a su proyecto mas renombrado: Juan Perro.

Juan Perro es la síntesis de su vena rockera y afición sonéra, de sus aprendizajes de rock y jazz en las calles y barrios de Madrid y Zaragoza con lo absorbido durante sus viajes a la Habana. Bajo ese seudónimo grabo 5 discos entre 1995 y 2002, siendo “Mr. Hambre” de 2000 el más reconocido.

Hoy, parece que siguen teniendo la tarea de, dicen ellos, “desafiar a las inercias del mercado”: Así que sí cuando estaba de moda el post punk a lo anglosajón decidieron mezclar el rock con ritmos afro caribeños, hoy que lo latino es comercializado a borbotones prefieren regresar a las raíces del blues y el jazz y el rock and roll. “Son las malas lenguas repicando en mi cabeza” reza el estribillo de la que originalmente se llama “heard it through de grapevine” de Marvin Gaye y que ahora la renombraron con el nombre del disco.

Después desbrozan una a una canciones de tremenda alineación, digna del más calido infierno de toda la historia de Chicago: Eddie Cochran, Kinks, Bob Dylan, Velvet Underground, los Troggs, James Brown, el rey Elvis, Check Berry, Robert Johnson y Ottis Redding. Todos con finísima traducción y espectacular ejecución musical. Una joya.

Difícil pensar que tendrán tanto éxito como en los 80s tuvieron “Escuela de calor” “semilla negra” u otros himnos de Radio Futura, pero igualmente complicado es pensar que los Auseron dejen de estar presentes dando rienda suelta a su rockera imaginación, después de todo, aunque se regodeen en otros ritmos, el rock, a decir del propio Santiago en 92 pero perfectamente acorde a estos tiempos de “malas lenguas”: “Nos ha devuelto la pulsación básica, cuando ya nuestro folclore estaba misteriosamente desecado, y nuestra música ligera banalizada casi por completo. Esta es la vía, aunque resulte paradójico, por la que hoy podemos acercarnos a los secretos del ritmo en nuestra propia lengua”.

Más información: www.lahuellasonora.es

Michael Franti: American rebel!


Víctor García Zapata
Milenio Diario, 31 de agosto de 2006

“Yellfire!” es el nombre del nuevo disco del legendario rapero californiano Michael Franti que desde la semana pasada está a la venta. Se trata del segundo producto de su viaje a los perturbados territorios de Palestina e Irak, de donde también parió el film titulado “I know i am not alone” (se que no estoy solo), que a manera de documental muestra las fatales acciones que el gobierno de su país, en complicidad con el de Israel, ha cometido contra los árabes.

Antes de esta síntesis musical y cinematográfica de su peculiar periplo por los albores de la cuarta guerra, este personaje, considerado como la principal voz del rap alternativo, subterráneo y combativo de la urbe, ha tenido algunas ocurrencias que ha logrado convertir en realidad.

Tras nacer en Oakland California, en 1966, soñó con ser rockstar y fundó “The beatings”, un grupo de punk industrial que en 1986 grabó un EP amparado por la Alternative Tentacle Records, disquera independiente del ex vocalista de los Dead Kenedys, Jello Biafra.

Ya después, en 1990 armó junto con DJ Tse una banda de tendencia socialista que hoy es considerada de culto: The Disposables heroes of hiphoprisy con quienes toco hip hop, rap y hasta jazz en compañía del mismísimo Charlie Hunter. En 1992 Fueron los elegidos por U2 para ser abridores oficiales del Achtung Baby Tour y en 1993 editaron el álbum, Spare Ass Annie and Other Tales, ni más ni menos que a dúo con William Burroughs.

En 1994 se juntó con refinados músicos y engendró a su banda actual: los Spareheads. Llevan hasta ahora 16 discos, incluyendo varios en vivo, que además de buena hechura rítmica pueden ser considerados como profundos manifiestos en reclamo de justicia social y alto a la guerra. Stay human y Everyone deserves music son, sin lugar a dudas, sus discos mas trascendentales. El primero fue grabado en 2000 y constituye una clara muestra de las influencia soul de Marvin Gaye y Bob Marley; denuncia entrometidos arreglos dance; y contiene la fuerza revolucionaria cotidiana en un album de Franti. El mismo lo describio así: " La mitad del disco habla de lo que esta pasando en el mundo y la otra mitad es sobre como debemos juntarnos para juntarnos con mas gente para hacer algo al respecto”. El segundo apareció en 2003 cuando Estados Unidos estaba ya envuelto en la bélica búsqueda de petróleo en medio oriente. En el, Franti retoma las influencias musicales de las protestas altermundístas de Manu Chao y Ozomatli creando un LP casi experimental que raya entre lo afro latino con aderezos disco funkys y una pizca de ¡violines!

Y, bueno, como en algún lado hay que grabar y como en algún lado hay que tocar lo que se graba, pues nuestro inquieto y audaz personaje se tomó muy en serio aquella proclama punk de “hazlo tu mismo” y en 1999 abrió su propia disquera Boo Boo Wax Records y realizó la primera edición del festival anual Power to the Peaceful con la intención de convertirlo en una vitrina para artistas independientes de rasgos multiculturales. Dos años después – 2001- el festival se redefinió para convertirse en un multitudinario evento en contra del terrorismo lo mismo que de la guerra emprendida por su país supuestamente para combatirlo.

No sobra decir que Franti ha sido también un componente seminal del movimiento No en Nuestro Nombre contra la invasión a Irak. Desde ahí ha difundido manifiestos pacifícistas como el The world can´t wait (el mundo no puede esperar), que pugna por la remoción de George Bush ante las mentiras que se le han comprobado en relación a las investigaciones tras los atentados del 11 de septiembre. Franti, además, ha coordinado la edición de varios discos recopilatorios de música de protesta contra la guerra que circulan por todo el mundo en donde también ha participado afanosamente la spoken word trovera Ani di Franco.

A Franti podríamos emparentarlo con el vasco Fermín Muguruza – (y con el fallecido ingles Joe Strummer), por aquello de que aunque activistas de tiempo completo, han decidido no dormirse en los laureles de la música de protesta si no que, por el contrario, continúan su exhaustiva búsqueda de paisajes musicales refrescantes para los escuchas del rock combativo de todo el mundo.

Quizás fue justo ese ímpetu “scout” lo que lo llevó a grabar una parte de Yellfire! en Jamaica con el auspicio de Chris Blackwell y por lo que recurrió al consagrado Mario Caldato Jr. (Beastie Boys) para la producción , a Pink para algunos coros y a los gemelos del reggae Sly and Robbie para varios duos, configurando así el que podría ser el disco mas importante de su carrera.

Apenas unos días después de su presentación publica, las reseñas han sido muy favorables. Para Billboard, por ejemplo, se trata de un “precioso álbum conceptual” mientras que para el New York Times “estamos frente al disco mas combativo de toda la carrera de Franti”.

Por ahora Franti y los Spareheads preparan ya su embarque para presentar Yellfire! en un vasto mumero de Festivales y Clubs tanto en Europa como en todo Estados Unidos. Mientras a nosotros no nos queda más que bien venir este otro producto de las idealistas ocurrencias del rapero californiano.

El paraíso perdido de Vancouver




Víctor García Zapata
Milenio Diario, 16 de julio de 2006

Si algo puede concluirse del fatídico conteo de votos que dio como ganador para presidente a Felipe Calderón es que los 85 millones de mexicanos que no votamos por el PAN nos quedaremos sin disfrutar de la desesperada huida de los muchos blanquiazules que amenazaron con irse a vivir a Vancouver si AMLO ganaba las elecciones.

¡Lástima!, de haberse consumado la fuga, podríamos estar siendo testigos del impacto de sus estrechas concepciones sobre las desigualdades sociales cuando se toparan con que en la capital de la Columbia Británica, la ciudad que representa los ideales de la planeación urbana del siglo XXI, se encuentra enclavada la mayor comunidad callejera de todo Canadá que, a su vez, es la de mayor consumo de heroína de toda Norteamérica: Downtown Eastside.

Aunque nadie puede menospreciar los atributos citadinos de esta emergente ciudad canadiense que tiene mar, bosque y tal cantidad de recursos y amplitud de espacios que el alcalde Sam Sullivan tuvo que reconocer durante el recientemente concluido III Foro Mundial Urbano de la ONU, que para que todas las urbes del mundo fueran como Vancouver se necesitarían al menos cinco planetas Tierra, lo cierto es que el asunto de la creciente comunidad callejera mejor conocida como homeless del Eastside, le es ya un componente indisociable que contrasta con lo apacible y glamoroso de las zonas más difundidas.

Hastings street dibuja a la perfección estos contrastes: corre de este a oeste y es una de las avenidas más importantes de la ciudad. En el lado oeste puede caminarse entre elegantes edificios y consumistas turistas. Pero pasar al lado este es tanto como cruzar la frontera de la dimensión desconocida para encontrarse con un paisaje escalofriante que si acaso ha sido contemplado por la globalización dominante es para insertarlo en la nomina marginal de la modernidad.

Digna de la “Desolation road” de Dylan o “My hometown” de Springsteen, la escenografía de la Hastings se conforma de locales abandonados, paredes percudidas, fierros oxidados, vidrios rotos y demás secuelas de la carencia de infraestructura urbana y de servicios de mantenimiento. Sin lugar a dudas, cualquiera de los arrabaleros paisajes descritos por Borroughs, Bukowski o cualquier otro beat, adquiere aquí estatus de colonia clase mediera.

Se trata de una zona de tolerancia donde viven, duermen y conviven cerca de mil 500 (según el censo gubernamental realizado en 2005 y 16 mil según datos de Organizaciones no Gubernamentales) personas sin casa, que van desarrollando ahí formas de subsistencia tales como la recolección de latas reciclables, el intercambio de ropa de desecho, la prostitución y la dependencia de la ayuda gubernamental en programas de reparto de comida, medicinas y, aunque usted no lo crea, jeringas y pequeñas dosis de droga para evitar contagio de enfermedades y síndrome de la abstinencia. Según el mismo censo gubernamental sobre comunidad callejera en Vancouver, la adicción a las drogas es la situación de salud más expandida en la zona al estar comprobada en al menos 53 por ciento de los habitantes.

Otro dato interesante es el que demuestra que el grupo identitario con mayor representación es el grupo indígena —o aborigen como se le dice por allá— alcanzando 30 por ciento de la población homeless, lo que no debe sorprender si se considera que una de las principales explicaciones que se le ha dado al fenómeno callejero es la que tiene que ver con los miles de pobladores originarios que lograron escapar de las escuelas residenciales pero no de las secuelas emocionales que ahí acumularon y han decidido vivir en las calles fuera de toda lógica convencional.

Las escuelas residenciales fueron centros de “desculturalización” impulsados principalmente por las elites británicas y las jerarquías religiosas para eliminar cualquier riesgo de expansión de las colectividades y las culturas nativas. De finales del siglo XVII, hasta 1984 cuando cerraron las últimas, estas escuelas se hicieron de sus alumnos a costa de extraerlos cuando niños de sus comunidades y ganaron fama por los métodos de tortura que les aplicaban. Hasta la fecha, son muchas las demandas de castigo a las autoridades y a los responsables de violaciones, encierro y otros crímenes que han sido documentados.

El otro causal del fenómeno homeless en Vancouver y en otras ciudades de Canadá, es el de las políticas siquiátricas que dominaron el escenario de salud publica en todo Norteamérica a finales de los 70s y principios de los 80s, en la que a nombre de la inserción social —aunque muchos sostienen que la decisión se tomo por que los gobiernos de EU y Canadá no quisieron seguir gastando en algo que no les redituaría de ninguna manera— se hecho de los hospitales a miles de enfermos mentales que aun continúan en las calles.

A pesar de que no es una de las zona con mayor índice de delincuencia, los guías de turistas han colocado a Hastings entre los focos rojos que los visitantes no deben visitar. Y es que, aunque son muchos los círculos de especialistas y académicos que se han dedicado a discutir el tema, pareciera que hasta ahora no han logrado unificar la perspectiva para abordarlo. Cada seminario confronta en un extremo a los conservadores que criminalizan a los homeless por no integrarse plenamente a la vida convencional, con quienes se vanaglorian de este suceso como si tratara de un esfuerzo organizado de resistencia antisistémica.

El hecho es que en los últimos cinco años el gobierno de la provincia de Columbia Británica ha destinado 50 millones de dólares para erradicar la presencia de los homeless en las calles y sin embargo, las cifras oficiales demuestran que la población callejera se ha duplicado, lo que, quizás, les da la razón a los que dicen que estamos frente a un fenómeno que no puede ser resuelto con los modelos de atención que se han implementado, por ejemplo, para la pobreza latinoamericana explicada, en buena medida por la migración rural, o para los cluchards parisinos.

Por lo pronto, Hastings y el Downtown Eastside de Vancouver pueden ya ubicarse junto a la Haight Street de San Francisco, la antigua Bowery del East Village neoyorquino o el barrio del rabal que bordea las ramblas catalanas como uno de esos espacios míticos que contraculturalmente evidencian las desigualdades y las formas de vida que pueden expresarse en las entrañas del primer mundo en pleno auge de la globalización dominada por el neoliberalismo.

Para adentrarse en el tema pueden consultarse: www.gvrd.bc.ca/homelessness www.homelessnation.org

New Orleans Jazz Fest: El festival de la resurrección




Victor García Zapata
Milenio Diario, 7 de mayo de 2007

¿Que otra cosa si no el jazz y la festividad musical podrían servir como motor ético y moral para la reconstrucción de New Orleáns?

Lo que hace fascinante a esta ciudad es la complejidad de elementos que le dieron identidad como, por ejemplo, la oscuridad de la cultura gótica que dio guarida a la escritora de suspenso Anne Rice y ahora a la sucesora Poppy Z. Brite; los franceses que lograron instalar aquí un barrio estilo galo que ha trascendido hasta convertirse en centro turístico por excelencia. Pero, la cultura criolla es la que se ha consolidado como la identidad dominante, la que, desde hace mucos años, convirtió a Nuevo Orleáns en la cuna de la música “roots” estadounidense. De aquí el jazz y el zydeco, y el rythm and blues, y las bases del rock and roll. Nada como eso representa lo que ha sido esta ciudad, por eso nada como eso puede rescatar los signos vitales de una ciudad que se niega a morir.

Por eso este año el ya clásico Festival de Jazz de Nuevo Orleáns, también conocido como Jazz and Heritage Fest no solo era una opción más, era una necesidad emotiva para levantar los ánimos de los que todo lo han visto derruido, pero también una necesidad económica para recaudar la nada despreciable derrama de billetes verdes que año con año trae el Festival a la ciudad.

Y por eso, por lo emotivo y por lo económico, El cartel del recién concluido Festival numero 37 tenía que ser tan memorable como lo fue: Bob Dylan, Bruce Springsteen, Fats Domino, Paul Simon, Dave Mathews Band y Herbie Hancock fueron algunos de los de los que durante los dos fines de semana del 28 al 30 de abril y del 4 al 6 de mayo encabezaron el cartel de un evento que recién concluido a pasado ya a la rica historia del jazz y el rock and roll de nuestro vecino país del norte. En total, fueron 249 presentaciones.

Ni mas ni menos que alrededor de 200,000 provenientes de todo Estados Unidos y de varios países del mundo fueron los que llegaron desde el primer fin de semana, considerado el principal de todo el evento, para asistir al Festival y, de paso para poner a prueba a la infraestructura turística de una ciudad que aun esta muy lejos de poder borrar los saldos del huracán katrina.

Incluso la escenografía de la avenida principal Canal Street aun privilegia los tablones de madera que ocultan el desastre de los que antes eran negocios. Muchas de las tiendas que han abierto, lo hicieron solo para liquidar ante la imposibilidad de recuperar lo perdido. Las mantas de platico sustituyen las antes espectaculares marquesinas de clubs y hoteles, donde los servicios de lujo son limitados. La mayoría de los restaurantes abren solo a partir de las 18:00hrs, y por todos lados se sienten y escuchan las maquinarias que un sacan agua del subsuelo y reponen tubos y postes.

En las periferias la decadencia es escalofriante. Ahí donde viven las mayorías afroamericanas las viviendas siguen siendo casas de campaña y grandes carpas habilitadas para la emergencia. Faltan la electricidad y los servicios básicos, la comida proviene de donaciones y de eso depende la sobrevivencia de muchos. Parece que nadie está interesado en reconstruir por aquí. De hecho, cuentan los que saben que los grandes proyectos inmobiliarios quieren de hacerse de estos terrenos para construir una nueva ciudad. Los colonos, pues, enfrentan para su la resistencia, al tiempo y a las carencias.

En este marco se desarrolló el Festival que por su sola historia es uno de los más importantes de toda la Unión Americana. Celebrado desde 1970 se ha significado ya como la oportunidad para escuchar a los clásicos y nuevos héroes del circuito de antros de Nuevo Orleáns junto con figuras emergentes y consolidadas del escenario nacional. Durante sus 36 ediciones anteriores se han presentado aquí: Aretha Franklin, Miles Davis, Ella Fitzgerald, Dizzy Gillespie, Santana, Sarah Vaughan, Profesor Longhair, la familia Marsalis, Paul Simon, Jimmy Buffett, B.B. King, Dave Matthews Band, Patti LaBelle, Tito Puente, the Allman Brothers Band, Joni Mitchell, Al Green, Linda Ronstadt, Lenny Kravitz, Sonny Rollins, Bonnie Raitt, James Brown, Celia Cruz, Stevie Ray Vaughan, Hugh Masekela, Cassandra Wilson, Willie Nelson, The Temptations, Van Morrison, Dave Brubeck, Gladys Knight, Youssou N’Dour entre otros.

Pero este es especial por donde se le vea. No solo porque por primera vez se contó con la presencia de Bruce Springsteen, o porque una vez más se presentara Bob Dylan, si no porque fue la oportunidad para que muchos fanáticos de lo largo y ancho del país pisaran Nuevo Orleáns por primera vez desde que sus suelos estuvieron completamente bajo aguas.

Por eso, en los prados entre un escenario y otro, de los 10 que se instalaron en la pista de carreras que anualmente es tomado para realizar el festival, lo mismo se dieron cita rucos con pinta de hippies originarios, rucos ejecutivos que buscan el evento donde han de lucirse en sociedad, jóvenes alternativos, ciudadanos del mundo que cazan los lugares de concentración masiva, colegiales que condujeron toda la noche para no perderse la historia, springbreakers y, en general, gran variedad de especimenes de todo tipo de identidades.

Hubo también muchos pacifistas, y de opositores a Bush que aprovecharon para reclamarle a su señor presidente que de una vez por todas saque a las tropas de Irak y de mejor destino al gasto que implican, invirtiéndolo en la reconstrucción de la ciudad.

Los discursos más fuertes y claros fueron los de Dave Mathews y Bruce Springsteen. Este ultimo dijo: “Lo que estamos viendo en Nuevo Orleáns es lo que pasa cuando un presidente utiliza vidas humanas para sus juegos políticos”.

El animo de la reconstrucción permeo todo el evento. Tanto adentro del festival como las decenas de Clubs y bares donde, como parte de la tradición del festival, se multiplican las presentaciones de músicos con relativa trayectoria, incluidos las de muchos que están en el cartel oficial.

Y el ánimo fue también de calurosa bienvenida a las decenas de músicos que desde Katrina tuvieron que “exiliarse” en otras ciudades y hasta ahora es que regresan.

Dedicatoria especial tuvo el festival para dos leyendas de la música de Nuevo Orleáns: Fats Domino y Dr. Jonh. El primero es considerado por algunos el autor de la primera grabación en la historia del rock and roll por su sencillo “fat man de 1949”. Tras el huracán estuvo desaparecido y por unos días se pensó que estaba muerto. Finalmente apareció y hoy por hoy en uno de los símbolos heroicos de la ciudad. El Dr. Jonh es un músico blanco de funky acido cuya trayectoria influyó a varias generaciones de artistas de la zona.

Otros rucos maestrazos fueron Herbi Hancock y Papa Grows Funk, ambos jazzerones eclécticos dieron cátedra de conservatorio.

Figuras emergentes como The Galactic y Ani Franco se consolidaron como ídolos de todo un sector de jóvenes estadounidense. Los galácticos con su característico acid jazz instrumental pero potente, y la canadiense Di Franco expuso al mundo su impresionante hechura de trova con spoken word, feminista y combativa, enamoro a muchos incluyendo al que esto escribe.

Dave Mathwes se confirmó como uno de los consentidos del festival y fue, además, el que mas jóvenes atrajo para su presentación y para complacerlos se aventó un palomazo con Dave Evans, mejor conocido como The Edge. A la leyenda Dylan se le complica cantar cada vez más, pero esta más rockero que nunca. Pocos clásicos de la era pacificista pero mucho hard rock tan potente que de pronto recordó a AC DC, no dijo una sola palabra, pero esbozo una leve sonrisa que, ante su común inexpresividad, será recordada por mucho tiempo. Springsteen causó expectación por su debut y por la nueva banda que le acompaña y por el nuevo disco que aquí presentaron: 20 músicos acústicos que con banjo, violines, guitarras y viento armaron una fiesta de country, rockabilly y música celta que demostró que el Jefe sigue siendo uno los shows más energéticos de todo el circuito rocanrolero.

Terminó ahí el primer fin de semana del festival, y la embriagues se expandió por todos lados. Borrachera de litros y litros de cerveza, pero sobre todo de una demostración de música popular de calidad que pocas veces se volverá a ver. Un fin de semana que los medios locales como el mejor que a tenido el festival en su historia. Al menos, es el más significativo: es el que le regresa la identidad y la moral una ciudad que justo eso necesita para encausar su reconstrucción.

Al día siguiente, 1ero de mayo, marcharon en Nuevo Orleáns 5,000 migrantes que le recordaron a Bush y al gobierno estatal que además de jazz, la ciudad requiere de trabajadores bien tratados y bien pagados. Muchos de los asistentes al festival se sumaron a la marcha porque reconocen que, en efecto, sin los chambeadores fuereños nada de lo que se ha avanzado se podría haber logrado. Si lo entienden el senado y la casa blanca, es otra historia, por lo pronto el jazz y los migrántes se reunieron para redondear un fin de semana memorable.

Fermín Muguruza: Crónica de un destino anunciado


Víctor García Zapata
Milenio Diario, 27 de marzo de 2006

Fermín Muguruza acaba de anunciar la próxima publicación de su 5to LP titulado Jamaikaclash, grabado ni más ni menos que en los estudios pertenecientes a la Fundación Bob Marley y justo donde el profeta diera a luz a buena parte de su legado discográfico: los Estudios jamaicanos Tuff Gong International.

Por muchas cosas, Jamaikaclash es un disco relevante en la carrera de este músico oriundo del convulsionado País Vasco, donde a sus 43 años alcanza ya status de legendario. Parece ser una de esas obras clave en la carrera de cualquier artista independiente que se jacte de serlo. Obras que eventualmente se logran como fruto de la experiencia acumulada y que por un lado representan la cumbre de una etapa, y con la misma fuerza son la predisposición a un renacimiento artístico y espiritual. Una de esas producciones que condensan magistralmente todo lo hecho en el pasado para, al mismo tiempo, convertirse en plataformas de lanzamiento de un promisorio y definitivo futuro.

El nombre del disco que reúne en una misma palabra a la tierra natal del reggae (¿a caso alguien conoce a está isla caribeña por alguna otra cosa?) y al grupo de punk que influenció a muchos rebeldes en el mundo ideológica y musicalmente, es la muestra irreprochable de que Muguruza cedió a este disco un carácter retrospectivo (incluso incluye una versión revisitada de la canción “Frontline” de su segundo grupo, Negu Gorriak), pero, al mismo tiempo, es un disco innovador que explora tantos sonidos como podría suponerse con solo echarle un vistazo a la alineación de músicos que le acompañan: El baterista de Steel Pulse, el bajista de Black Huru, el guitarrista de Jimmy Cliff, la trompeta de los Skatalites y la corista de Sinead O’connor. Además, por supuesto, de las I three que son las celebres tres mujeres de talla generosa hacían coros casi gospel a Bob Marley, entre las que se encuentran su viuda Rita.

Tras la disolución de sus dos grupos originales, Kortatu y Negu Gorriak, ambas seminales del Rock Radical Vasco, que principalmente tocaban punk y ska, Fermín ha evolucionado en la búsqueda de mayor eclecticismo musical en su repertorio y aunque no esta ubicado como un músico de reggae, este genero ha sido fundamental para delinear sus amplísimas fronteras rítmicas siendo el reggae la base fundamental para delinear sus amplísimas fronteras rítmicas que incluyen el punk, el ska, el hip hop, el dub y el jazz. Así ha compuestos 4 albumes en solitario: Brigadistak Sound System (1999), EeREMIXak (2000), FM 99 Dub Manifest (2000), e In Komunikazioa (2002), más multiples colaboraciones con otros grupos, grabaciones en directo y proyectos alternos.

Jamaica había sido, pues, un destino anunciado en la carrera de Muguruza. Por la afinidad musical pero también porque la lucha de los esclavos de africanos traídos al caribe por recuperar sus tierras, ha sido una lucha histórica y simbólicamente hermanada con la lucha independentista del País Vasco por lo que Fermín no desaprovecho la portada de Jamaikaclash para entrelazar las banderas de Jamaica y la de Euskadi en una imagen por demás explicita.

Justo por esas reivindicaciones políticas, que incluyen la oposición al “regimen españolista de Madrid”, son muchas las peripecias que ha tenido que pasar antes de llegar a la posibilidad de grabar al lado de cocos y ganja de inmejorable calidad jamaicana.

Peripecia, por ejemplo, fue la que le toco enfrentar con su banda Negu Gorriak, cuando el General del ejercito Enrique Rodríguez Galindo, los mando a tribunales por las menciones que de el hacían en una canción llamada “ustelkeria” en la que de narcotraficante no lo bajaban. 8 años duro el litigio del que salieron absueltos al comprobarse por otras vías que, en efecto, el honorable milico tenía responsabilidad en casos de secuestro, tortura y asesinato. Sin palabras.
Otras aventuras vividas por este casi mítico personaje son las que sistemáticamente le impone la Asociación de Victimas del Terrorismo (AVT) que relacionada estrechamente con el derechista Partido Popular Español, han hecho la solicitud para que todos los alcaldes de cualquier provincia española, prohíban los recitales de Fermín por considerar que sus canciones hacen apología del terrorismo. Esto a pesar de que aunque es abiertamente partidario de la izquierda independentista una y otra vez ha expresado su rechazo al terrorismo. Así lo hizo en su aparición en la cinta de Julio Medem (los amantes del circulo polar), la Pelota vasca, y así lo hizo cuando incluso fue candidato de la izquierda partidaria al parlamento Europeo, en 1999.
Para superar los efectos de las prohibiciones de la AVT, que abiertamente han sido apoyadas por grupos neonazis españoles como España 2000, Fermín se las ha ingeniados para duplicar fechas ahí donde los alcaldes en su mayoría de Partidos regionales de tendencia autonomista han permitido sus conciertos, generando un fenómeno de éxodos masivos por el traslado de miles fans quienes han abarrotado los locales de la “ignominia”, dirían los seguidores de Aznar y compañía. Solo así pudo girar con Manu Chao hace apenas dos años cuando los dos cantantes de protesta se embarcaron en una serie de conciertos que más bien parecieron manifestaciones altermundistas.
Las reivindicaciones libertarias son parte no solo del discurso y las letras habituales de Fermín, sino principios cotidianos que le han dado identidad a su carrera. Clave en este sentido son sus constantes esfuerzos por crear disqueras independientes que le eviten la pena de firmar con disqueras transnacionales. Su sello discográfico mas importante ha sido el ya diluido Esan Ozenki records, con el que además de discos de suyos, grabó a decenas de de grupos alternativos de los que conforman el fenómeno musical del país vasco. Esan Osenki también fue clave para que muchos grupos extranjeros, como los argentinos de Todos tus muertos, o los mexicanos de Tijuana no pudieran ser distribuidos en territorio Euskera.
Jamaikaclash, además de todo, representa el inicio de operaciones de su nueva disquera denominada TALKA Records con la que, según sus propias palabras, continuará “abriéndose camino por la autogestión”.
Mucho es lo que se puede decir de Fermín Muguruza. Su congruencia política es un elemento que hay que reconocerle, pero también lo es su disposición a no dormirse en los laureles de la música de protesta para, por el contrario, continuar su exhaustiva búsqueda de paisajes musicales refrescantes tanto para los escuchas del complejo circuitos globales del rock combativo y para los escuchas del complejo País Vasco. Jamaikaclash es una muestra más de ello.

Guerrilla Girl

Victor García Zapata
Milenio Diario, 26 de febrero de 2006

Varias han sido las mujeres guerrilleras que han alcanzado relativa fama en la cultura guerrilera: Tania la fiel compañera del Che; Patty, la hija del magnate Hearts, quien en 1974 fuera secuestrada en San Francisco, California, por una guerrilla denominada Ejercito Simbiótico de Liberación Nacional, a la que finalmente habría decidido unirse para realizar algunos asaltos bancarios y otros hechos de similar audacia; Y, Por supuesto, la recién fallecida “Comandanta Ramona” del EZLN. Ahora parece que la estafeta de simbolizar al genero femenino en combate, será tomada por una joven colombiana de clase media llamada Isabel, cuyo periodo de instrucción dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue filmado por el Director de cine danés, Frank Poulsen, y recorre bajo el nombre de “Guerrilla Girl”, los principales festivales de documentales del viejo continente.

Se trata de un novedoso producto cinematográfico que fue hecho en las entrañas de los campamentos de entrenamiento de las FARC a donde Poulsen pudo entrar solo con la anuencia de los altos mandos de la guerrilla pero sin el conocimiento de las autoridades de Colombia. Permaneció ahí 3 meses y recogió 60 horas de grabación, qué finalmente fueron reducidas a 60 minutos para poder presentarse no solo en salas de cine, sino también en formato de programa de televisión. Hasta ahora, a sido vendido a cuatro grandes cadenas europeas.

Por supuesto que las reacciones no podrían haberse hecho esperar. Desde su première a finales del año pasado en el festival de documentales de Ámsterdam, en Holanda, la película es tema recurrente de debate en los círculos culturales, políticos y sociales de Colombia. Que si difunde a una guerrilla que hace mucho perdió sus ideales, que si sobrepasa la libertad de expresión, que si debiera o no transmitirse en el país, son platicas habituales en los cafés intelectuales de Bogotá y otras ciudades.

Aunque hasta ahora el presidente colombiano Álvaro Uribe no ha emitido declaración alguna respecto de la cinta, podemos estar seguros de que al mandatario considerado como el más conservador de América Latina, en nada le agrado esta cinematográfica ocurrencia. Y es que el filme puede significar oxigeno puro para el grupo antiguo mas armado del continente – fundada en 1953- pues, habituados a aparecer en los medios solo si es para condenarles ataques contra objetivos gubernamentales, captura de prisioneros y supuestos vínculos con el narcotráfico, ahora la polémica gira en torno a su aparición en una cinta que pretende, como explicó Poulsen “mostrarlos como humanos, después de que la Unión Europea y Estados Unidos, lo catalogaron como terroristas”.

Además de las reacciones normales, Poulsen, para quien a pesar de que esta es su primera película, contaba ya con reconocimiento en la televisión publica de sus país por la realización de programas sobre los conflictos armados en África, poco ha hecho para aminorar las posibles críticas de sectores opositores a las FARC pues en la primera conferencia de prensa, respondió a los reporteros que “mas que preguntarnos las razones para hacer una película sobre la guerrilla, habría que preguntarnos porque es que apoyamos al presidente de Colombia que es un narcogangster”.

Difícil seria pensar que Poulsen podría haber logrado sacar su película al mercado de no ser porque contó con el apoyo, ni mas ni menos que de la leyenda del cine danés Lars Von Trier, quien mediante su productora Zentropa, produjeron la cinta y hasta ahora la comercializan con suficiente éxito comercial como para acumular, al final de sus exhibiciones en cine y televisión, un total de 12 millones de dólares. Además, la película comienza ya a ser difundida en los circuitos, fundamentalmente cibernéticos, de medios alternativos e independientes, quienes consideran que “Guerrilla Girl” constituye la resurrección de una causa que parecía perdida en el escenario mediático.

Zentropa es reconocidos mundialmente por haber creado el decálogo antihollywood, también conocido como “voto de castidad”, que no son si no una serie de reglas orientadas a contrarrestar la superficialidad y los artificial del cine hollywodense, instituyendo el genero “Dogma”, que fuera ampliamente difundido por la película “Bailando en la Oscuridad”, protagonizada por la islandesa Bjork y dirigida por el mismo Von Trier.

“La Guerrillera” cumple fielmente con la mayoría de la reglas del decálogo antihollywood, como estar grabada en locación natural, cámara en mano, sin luz artificial y, entre otras, sin efectos ópticos ni auditivos. Quizás por ello, es que en las pocas reseñas que hasta ahora se han hecho en Colombia, la más importante de ellas en la revista Cambio, auspiciada por el opositor a Uribe, Gabriel García Márquez, han considerado que el argumento es plano y que no cuenta con ninguna historia especialmente interesante.

En todo caso, pareciera estar claro, que mas que la hechura técnica del filme, lo que “Guerrilla Girl” pone en juego no es siquiera la descripción de la inserción de Isabel en la guerrilla, sino la manera en la que el gobierno de Uribe habrá de enfrentar, desde su declarada posición de combatir por todos los medios a la guerrilla dirigida por el famoso Manuel Marulánda “tirofijo”, esta nueva discusión sobre libertad de expresión que, como las convulsionantes caricaturas de mahoma, proviene del país que hasta hace poco solo era celebre por ser la tierra natal de santa Claus: Dinamarca.

¡Todos somos Kinky Friedman!

Victor García Zapata
Milenio Diario, 5 de febrero de 2006

“La política es la única profesión en la que mientras mas experiencia se adquiere, peor se vuelve quien la practica…¨” dijo de manera contundente el músico y escritor Kinky Friedman, durante una entrevista realizada la semana pasada en el programa 60 minutos de la cadena CBS, en la que explicó sus razones para contender como candidato independiente en las elecciones para gobernador del Estado de Texas, el primer martes de noviembre de este álgido 2006.

Satírico y burlón como siempre, Friedman remató la frase diciendo: “se que los músicos no tenemos buenos hábitos de trabajo, ciertamente no es mucho lo que trabajamos por las mañanas, pero, diablos, los músicos somos mucho mas honestos que los políticos”.

Y bueno, a unas semanas de que se celebren las elecciones internas primarias de los partidos Demócrata y Republicano, pareciera que los alegatos del celebre y excéntrico Kinky surten efecto, pues sorpresivamente reporto mayor recaudación de fondos para su campaña (1.5 millones de dólares) que el favorito de los precandidatos Demócratas, Chris bell ( 355, 000 dólares), lo que constituye una muestra fehaciente de que, aunque se trata de un personaje poco ortodoxo, Friedman cuenta con un reconocimiento considerable entre la población tejana.

Nacido en Chicago en 1944, ha vivido en el estado de la estrella solitaria, desde su primera juventud. Muy joven era cuando cultivó el gusto por la tradición musical del mito del country Gram Parsons y por grupos no menos westerns como The Eagles y The Band. Se lanzo al ruedo discográfico allá por 1973, cuando presento su álbum “Sold America”, primer ladrillo de una sólida carrera de culto plagada de códigos irónicos y contestatarios contra la cultura conservadora estadounidense, labor en la que ha sido abiertamente respaldado por Bob Dylan y Willie Nelson, quienes lo han acompañado en decenas de giras y presentaciones.

Todavía el año pasado, en plena pre -campaña electoral se dio el lujo de presentar su décimo disco titulado “ They aint makin jews like Jesús anymore” (Ya no están haciendo judíos como Jesucristo), donde enfatiza su religión judía, y el porque de sus constantes referencias contra el holocausto y contra el racismo predominante en la sociedad norteamericana.

En 1986, el “vaquero – judío” demostró una vez más, el porque se graduó de la carrera de artes de la universidad estatal y, a la Paco Ignacio Taibo, se dedicó a escribir novelas policíacas y de misterio, lo que le atrajo considerable reputación como escritor y le abrió las puerta a una columna política en la reconocida revista Texas Monthly. A la fecha acumula 23 publicaciones, todas inscritas con su Internacional Sistem Book Number (el famoso ISBN).

Como cualquier “contryman” que se jacte de serlo, Friedman, no podía dejar de tener motivaciones humanitarias, así que sí su compadre Willie Nelson se dedica a promover el rescate del campo, el se ha ocupado de salvar a cerca de 2,000 caninos a los que, además de evitar que les apliquen la eutanasia a tenido a bien conseguirles dueños amorosos, casa y comida.

Con este currículum de tendencia rupturita con el cliché gringo, Kinky se ha dado a la tarea de sustituir al republicano Rick Perry, quien pretende reelegirse, en la impresionante replica de la Casa Blanca que Texas tiene como oficina del gobernador en la ciudad de Austin.

La primera etapa de su campaña la ha dedicado a recorrer afanosamente los recintos universitarios donde, según informes de la oficina de prensa del periplo kinkiniano, se encuentran los posible nuevos votantes que no han querido registrase a ninguno de los grandes partidos. Si se considera que en la última elección para Gobernador de Texas solo votaron 29% del padrón, podemos pensar que Friedman tiene posibilidades de atraer a amplios sectores de noveles electores.

Con el lema “Kinky Friedman, why the hell not” (porqué demonios no), nuestro personaje ha comenzado ya, como era de esperarse, a generar polémicas con sus discursos proselititos. Y es que lo mismo se pronuncia contra el racismo que se dice dispuesto a cerrar las fronteras con nuestro país, para provocar acá una revolución. Al mismo tiempo que dice que está de acuerdo con la enseñanza religiosa en las escuelas porque considera importante que los niños tengan algo en que creer, se manifiesta por permitir el matrimonio entre homosexuales, pues deben tener el mismo derecho de sufrir que el resto de la gente.

Además de estas propuestas, Friedman ha circulado un decálogo de razones para votar por él, entre las que se encuentran la garantía de lucha contra la pobreza, la prioridad de mejorar la educación, la libertad de expresión, y la promesa de hacer de Texas un Estado líder en la creación de energía renovable.

En todo caso, su principal divisa parece ser la de la falta de compromiso con alguno de los dos partidos así como de la clase política en general, lo que le da un amplio margen de toma de decisiones. Como ejemplo ha repetido una y otra vez que: “Cuando sea gobernador, tendré la libertad de nombrar a los mejores hombres para cada puesto, pues nadie me obligará a distribuirlos entre los políticos profesionales de los partidos”.

Con representantes en cada uno de los 95 condados del Estado de Texas y con buena parte del camino avanzado para conseguir una campaña exitosa, al menos en comparación con los estándares de las campañas independientes, Friedman tiene ahora el reto de conseguir firmas de 45,000 adherentes a su campaña de aquí a mayo. Hasta ahora, todo parece que lo logrará.

Más nos vale pues, estar atentos al desenlace de esta Otra Campaña que aunque pocas probabilidades tiene de ganar, vale nomás por la irreverencia, necesaria para que las próximas elecciones tejanas no pasen, como las anteriores, por completo desapercibidas.

Las raztas de Willie Nelson

Victor García Zapata
Milenio Diario, 23 de enero de 2006

Cuando todos pensábamos que las patatas libertad serian la muestra cumbre del conservadurismo estadounidense, resulta que las grandes cadenas distribuidoras de música obligaron al cantante Willie Nelson a manufacturar una portada alternativa de su disco de reggae “Countryman”, de tal forma que el histórico cantante de los agricultores texanos, y celebre consumidor de marihuana tuvo que sustituir la pertinente hoja de “ganja” por un insulso arbolito inofensivo hasta para las mas puritanas conciencias de nuestros amurallados vecinos del norte.

Por ahora no queda mas que esperar que esta ridícula censura le reditúe a Nelson en mejores ventas de su álbum gracias a una especie de efecto del padre Amaro, pero, en todo caso, no es esto lo único importante sobre esta producción que al cantante de country le llevo ni más ni menos que diez años en realizarse.

“Countryman” es un logro mas en la ya larga y prolífica carrera de Nelson, que a sus casi 77, es todo un icono del country progresista de los estados Unidos. Nació en 1933 en Texas, el estado más conservador de la Unión Americana, donde, como muestra de que las resistencias más radicales brotan justo en las entrañas de la reacción, han surgido las corrientes más alternativas del canto granjero por excelencia.

Ganose sus primeros centavos y pininos profesionales vendiendo composiciones a cantantes tradicionales de la talla de Faron Young y Patsi Cline, pues los productores nomás no creían que su gangosa voz fuera susceptible de alguna tabla de popularidad pero sus canciones eran lo suficientemente buenas como para no echarlas a perder.

Fue hasta 1962 cuando grabó su primer álbum titulado “Then i wrote”. De ahí a la fecha, sus ímpetus discográficos son tan incontenibles como los de Oscar Chávez, y acumula una casi inconmensurable colección de mas de 100 grabaciones, entre las que se encuentran algunas sobresalientes, como su participación en el soundtrack de la exitosa película Forrest Gump o los alabados Red headed stranger de 1975, y Teatro de 1998, (producido por Daniel Lanois y vocalizado por Emylou Harris)

Desde la primera mitad de los setenta, Nelson, junto con algunos rebeldes más, fue ubicado dentro del circuito de los forajidos del country (“outlaws”, en ingles) debido a su rechazo a las formulas establecidas por los estudios “Nashville” que para esos entonces monopolizaban las producciones de música rural en el sur de los Estados Unidos. Este rebelde e impetuoso impulso creativo es considerado hasta la fecha como el primer puente, al menos comercialmente hablando, entre el country y el rock. Hoy, Willie Nelson, y el resto de forajidos de la época – nómbrese a Waylon Jennings o a Tompall Glaser-, son considerados los padres no solo de antiortodoxas como Emmylou Harris, sino de todos los jóvenes rockeros que le dan vida a una corriente de country alternativo y contestatario llamada “americana”: Cowboy Junkies, Ryan Adams y Bright Eyes son, sin lugar a dudas, los mas exitosos.

Además de estas aportaciones a la música popular, Nelson se ha ganado reconocimiento nacional por la creación, junto con Neil Young y Jonh Mellencamp, del festival anual Farm Aid, instituido en 1985 para contrarrestar la política de Ronald Reagan que en plena guerra de las galaxias dejó fuera de sus prioridades al campo, a los granjeros y a las vacas.

Tras 20 años de celebrarse anualmente con la colaboración de músicos de la talla de Bob Dylan, Farm Aid es ya una reconocida organización que, promueve la reducción en el uso de transgenicos, los apoyos y subsidios a los productores de granos y, en general, el rescate de la cultura rural. Desde el año pasado cuentan con la valiosa inclusión de Dave Mathews (band), en la alineación titular.

Pero no solo de granos vive el hombre, así que el abuelo Nelson al que solo le falta recibir su pensión universal del Distrito Federa para confirmar la plenitud de su tercera edad, continua con sus andanzas ecologistas e inventó ahora una gasolina biodegradable hecha con aceite vegetal y grasa animal que tiene la cualidad de funcionar con casi cualquier automóvil. El combustible tiene a bien llamarse Willie-Biodiesel y los arreglo para expenderse a cada vez mas estaciones gasolinera de todo el país avanzan rapidamente: “aunque usted no lo crea”.

De todo ha tenido la vida de nuestro personaje: protagonizó a Tío Jess en los Dukes de Hazard; conformo allá por 1984 junto con Jonhy Cash, Kris Kristoferson y Waylos jennings, un fugaz grupo de éxito mundial llamado los Highwaymens; No supo enfrentar la fama e incurrió en excesos tales como comprarse un jet privado y construirse un pueblo particular; Acumulo deudas con el gobierno que lo tuvieron en la bancarrota de 1990 a 1993; y resucito de las cenizas con un esplendoroso álbum titulado “Across the Borderline” en el que lo respaldaron Bob Dylan, Paul Simon, Sinead Oconnor y Bonnie Rait, entre otros.

Resulta curioso pues, que con una trayectoria con tal cantidad de grabaciones y peripecias – , Willie nunca haya incluido el reggae entre su repertorio, siendo que casi cualquier gringo que se jacte de izquierdoso a recurrido a versionar a los jamaicanos Peter Tosh, o a Jimmy Cliff, aunque sea en algún recopilatorio en concierto. Tuvo que ser el mismísimo Chris Blackwell – el productor ingles radicado en jamaica, que a finales de los 60s fundo los estudios Island y descubriera y lanzara al mundo al profeta Marley -, quien por ahí de 1995 lo empujara a la aventura raztafarai.

Si se considera que el reggae es el canto de los esclavos africanos que fueron llevados al caribe por las tropas inglesas, y que el country pertenece a los terratenientes blancos (si fueran negros serian esclavos y cantarían blues) del sur de la gran potencia, se entiende que “Countryman” es cuando menos arriesgado, tanto por las contradicciones clasistas que lo engendran como por la poca cadencia rítmica de los músicos albinos en comparación con sus contrapartes afro americanos.

Resulta evidente que para que el disco fuera totalmente creíble, Nelson tendría que haberle pedido prestada la negra voz a Eric Burdon, sin embargo, parece que otra vez, salio bien librado de una aventura del oeste, pues aunque algunas de las criticas cuestionan al disco por la perdida de pureza de los ritmos que en el convergen, la mayoría coinciden en la calidad de esté y en el reconocimiento a la audacia de su autor.

Así pues, con todo y censura, “Countryman” se ha vuelto un dato esencial en la trayectoria de este forajido que tuvo a bien encabezar la rebelión en la granja del country estadounidense.

La milagrosa Emmylou

Víctor García Zapata
Milenio Diario, 2 de enero de 2006

Tras finalizar la gira de acompañamiento a Elvis Costello y tras presentar hace apenas una semanas su disco recopilatorio de los greatest hit acumulados en 30 años de carrera, Emmylou Harris puede por estas fechas, estar celebrando que no solo es una mujer atractiva a la que cualquiera que se jacte de cierta dosis de inteligencia, podría colocarle un altar en la mismísima cabecera de la cama, sino que es, hoy por hoy, la leyenda viva y representante por excelencia del country radical y progresista estadounidense.

Y es que Emmylou hace mucho que monto sobre su espalda la difícil tarea de demostrar al mundo que el country no es esa sátira recalcitrante de nacionalismo gringo en la que lo ha convertido la frivolidad mediática, sino que, por el contrario, es el canto genuino de los granjeros y campesinos sobre los que descansa la identidad agrarista norteamericana,

De Hank Williams y Woody Goutrie en los 50s hasta Jonh Hiatt en nuestros días, el country es el canto de los campiranos terratenientes, (si fueran esclavos serian negros y cantarían blues) , que mediante rudimentario uso de la guitarra narran lo que ven pasar por las carreteras que recorren el amplio y extendido territorio de las barras y las estrellas.

Y como ni todos los blancos son racistas, ni todos los dueños de tierras tienen cumplido el sueño americano, pues el country esta lleno de letras que recrean historias de desolación y aridez en los campos del imperio, héroes locales que defienden al pueblo de los forasteros, cantinas repletas de confesiones y encuentros amorosos, huracanes que arrasan con los cultivos, bancos que se apropian de la cosecha, hijos reclutados para el combate invasor, y otras peripecias dignas historias escritas por Walt Whitman, Jonh Steinbeck y William Faulkner: historias del monstruo en sus entrañas.

Del country es bastante lo que ha salido: la trova de Dylan, el pop de Springsteen, la melancolía de Neil Young, el rock and roll de los Rolling Stones, el indie college de REM, el sarcasmo de Ryan Adams y muchas otras que se engendraron ahí, en los campos y plantíos sureños de Estados Unidos, y todo, en gran medida gracias a la persistencia de personajes como Willie Nelson, Joe Ely y, por supuesto, nuestra musa Emmylou Harris, que se mantiene en el polo mas cercano a lo básico, generando la materia prima de la que los arriba mencionados, entre otros, dispondrán para su deconstruccion.

Nacida en Birmingham Alabama en 1940, estudio arte dramático, aprendió a cantar y tuvo la acida suerte de conocer al músico Gram Parsons quien la recluto para darle voz femenina sus composiciones. Después de un fugaz paso por el súper grupo The Byrds, Parsons murió de sobredosis de drogas y se convirtió en una especie de presencia omnipresente entre las corrientes alternativas del country. Sobra decirlo, Emmylou es hoy la principal depositaria de su legado. Emmylou comenzó a finales de los 60s a forjar una carrera digna de todo reconocimiento mas allá de los que 11 grammys ganados en las categorías de mejor compositora y mejor cantante femenina.

En 1975 graba su primer disco “Pieces of Sky” y sorprende tanto que para el siguiente “elite hotel” es acompañada de una banda llamada The Hot Band, músicos de Elvis Presley. En 1978 fue la revelación del mítico ultimo concierto de los The Band – grupo acompañante de la etapa eléctrica de Bob Dylan- donde se mostró a la altura del mismo Dylan, de Neil Young, de Muddy Waters, de Joni Mitchell y lo demás que escenificaron el evento que después seria capturado por Martin Scorsece en el histórico filme titulado “The last waltz”.

Nada la detendría después de aquello. Desde entonces ha sido ella misma la que ha definido los pasos a seguir. Podríamos decir que han sido tres los elementos regidores de su trayectoria: La convicción por seguir manteniendo vivas las raíces musicales que dieron vida al country; su gusto por cantar canciones de otros como forma de rescatar obras maestras de la cultura norteamericana; y su eclecticismo para componer lo mismo rock, que pop, que blues, de tal forma que dote al genero de cierta frescura sin perder, claro está, su esencia tradicional.

A la fecha, resultan memorables los álbumes “Trio I y II” grabados junto con Linda Rostandt y Dolly Parton. El “red dirty girl” que en el año 2000 gano el grmmy al mejor disco de Folk contemporáneo y en el que se incluye la preciosa canción “Bang the Drum Slowly” que ni mas ni menos que el grupo gótico Human Drama versionara magistralmente en su ultimo LP. Y, por supuesto, su obra maestra el “Wrecking Ball” de 1995 que además de ser producido por el reconocido Daniel Lanois (Peter Gabriel ), contó con la participación de Steve Earle, Neil Young y el baterista de U2, Larry Mullen jr, con quienes creo un disco suficientemente oscuro e innovador como para que no entrara en las listas de popularidad de música country pero si en las de Billboard, donde alcanzo el primer lugar en el genero de Americana, como se le llama a la mezcla de country con rock alternativo.

Reseñar su discografía de 25 elepes mas las grabaciones de otr@s en las que ha participado, podría ocupar la mitad de páginas de l la edición del diario que tiene usted, amable lector, en su manos. Basta con decir que recorrerla no solo es recorrer una luminosa biografía musical, sino sobre todo, analizar una delicada síntesis de la música producida a lo largo y a lo ancho de las autopistas y de los años de existencia del rock and roll como base de la cultura musical estadounidense.

Como buena defensora de las tradiciones, y como mejor cronista rural, Emmylou ha desempeñado una labor activista en defensa del apoyos gubernamentales al campo y a la suficiencia alimentaria para toda la población de la primera potencia mundial. Ahí, ha acompañado al jefe de estos menesteres: Willie Nelson.

En fin, si bien la recopilación “Heartheaches and Highway: The very best of Emmylou Harris, acierta en el nombre como forma exacta para describir la esencia de la música de Harris (“carreteras y dolores del corazón”) y constituye un merecido homenaje a una artista y mujer excepcional, la verdad es que apenas alcanza para suponer que apreciar en todo su esplendor la producción de esta artita de culto, es una tarea exquisita por la que habría que desafiar los prejuicios que contra el country nos han creado. Es un pequeño lujo, pero Emmylou lo vale.

La genética de John Trudell

Víctor García Zapata
Milenio Diario, 6 de agosto de 2007

Jonh Trudell es uno de esos personajes, de los muchos que hay en la historia de Estados Unidos, cuya relevancia pública no es proporcional a la capacidad de influencia que ha tenido en muchos sectores de su país. Es, podríamos decir, un “local heroe” no convencional pues su capacidad expansiva se ha desarrollado lejos del mainstream pero cerca de innumerable circuitos indígenas, contraculturales, beats y musicales bajo mundistas.

Desde los genes que lo engendraron, padre Sioux y madre mexicana, Trudell encarnó códigos alternativos para una sociedad poco dispuesta a reconocer los aportes de los pobladores originarios tanto como los de los migrántes provenientes del sur. Nació en febrero de 1946 en la reserva nativa de Omaha, en Nebraska y se ha desarrollado tan eclécticamente que parece ensañarse en ser hombre del renacimiento en plena posmodernidad, pues, hasta donde se sabe, ha sido soldado, poeta, músico y activistas.

Sin lugar a dudas, el episodio que mayor relevancia le ha retribuido es el de su destacada participación en aquel famoso asalto a la isla de Alcatraz por parte de indígenas de varias tribus. Trudell fue uno de los principales think thank de aquel suceso que aun es recordado en los anales del activismo izquierdoso de nuestros vecinos del norte, como un acto glorioso.

En 1969, 2 años después de haberse devuelto de su participación en la guerra de Vietnam y convencido del horror de la guerra y de las injustas razones con la que los gobiernos de Estados Unidos pretenden justificarla, Trudell se sumó al movimiento Indians of All Nations (Indios de todas la naciones) cuyos miembros emergieron de las aguas en la bahía californiana de San Francisco para ocupar la isla famosa por la cárcel de máxima seguridad que en los 30s albergó a Al capone, al Hombre pájaro (Birdman) y a decenas de hombres de similar alcurnia delictiva.

Los All Nations lanzaron desde ahí la “Proclama de Alcatraz” mediante la cual declararon a la Isla como tierra nativa y propusieron que en las instalaciones de la ex prisión se construyera un Centro de Estudios Nativos, un Centro Espiritual, uno Ecológico y una escuela para indígenas. Trudell fungió como vocero de aquel movimiento que conmovió a los conmovibles y que, durante los 18 meses que duró la ocupación, tuvo en ascuas a quienes temían un violento desalojo por parte del gobierno de Richard Nixon. El desalojo se dio pero no de manera violenta y a cambio provocó cambios legales que a la postre reconocieron la autodeterminación de los pueblos originarios de Estados Unidos.

Terminada la ocupación, en 1971, Trudell se desempeñó como Chairman (Director) del Movimiento Nacional Indígena, posición desde la cual confrontó a muchos miembros de los sectores más conservadores del país, quienes se negaban a reconocerle a los indígenas derechos plenos como ciudadanos. Aunque nunca se comprobó, a ellos se atribuye el incendio de la casa de Trudell en el que murieron su esposa, su suegra y sus hijas, en 1979.

Fue después de tal tragedia que decidió refugiarse en la creación artística. Acudió primero a la poesía. “Estas líneas son mis bombas, mis lagrimas, mi explosión”, confesaba en sus recitales. Su principal compendio, “Stickman” de 1980, constituye todo un ideario contra el odio: “No importa lo que ellos nos hagan, nosotros debemos actuar por amor a la tierra y a nuestra gente. No podemos reaccionar con odio contra aquellos que no tienen sentimientos”. Dice en alguno de sus fragmentos.

En esos ires y venires de desahogo y profecía, conoció al reconocido cantautor de Folk. – rock, Jackson Browne quien lo introdujo a la música y lo ayudó a grabar sus primeros discos basados en el acompañamiento musical a sus poemas recitados con un genuino y aguardentoso spoken word.

A partir de ahí, ya no solo es reconocido como un activista combativo, entre los círculos más politizados de la intelectualidad anglosajona. Desde que decidió dedicarse a la poesía y a su peculiar expresión musical, Trudell se ganó el reconocimiento de los escritores de cantina, de los “Outsiders” (marginados) de las urbes del imperio. Se consolidó así como un icono de los fanáticos del infierno “beat”.

En 1992 se incorporó al catalogo de la paradigmática disquera alternativa Rykodisc y desde ahí lanzó su álbum “Graffitiman”. En 1994 editó “Johnny Adams and me” que fue calificado por la Rolling Stone como “El matrimonio perfecto entre los ritmos tribales, el canto tradicional, la música moderna y la penetrante poesía de Trudell”.

Pero, no solo los de inserción precaria en el capitalismo admiran a Trudell, así lo demuestra el hecho de que la hiperfamosa, millonaria y extravagante Angelina Jollie le produjera su hasta ahora ultimo álbum “Bone days” editado en 2001. El álbum es ya de culto, mezcla blues, Folk., rock, hip hop y, por supuesto, música nativa. “Bone Days” ha sido acusado por muchos visitantes de Amazon de revelar tremenda profundidad emocional y de denotar “salud mental en un mundo totalmente insalubre”.

También le ha dado por el cine y ha actuado en varias cintas y documentales independientes que aunque menos relevantes que sus producciones discográficas pero que coadyuvan al cumplimiento de su objetivo vital: “Mi meta, - dijo – es comunicar la experiencia humana al nivel en el que la humanidad pueda reconocerla y retomarla. Puede ser una declaración personal, o puede ser una declaración política, el asunto es que provenga del mismo punto de referencia: las experiencias que compartimos como habitantes de este planeta”.

Hoy, es poco lo que sabemos de Trudell. Sabemos que en febrero cumplió 61 años de edad, nos consta que el documental de su vida, estrenado a principios del año pasado en el Festival de Tribeca en Nueva York, circula ya en DVD y recién nos enteramos también de que anda de gira subterránea por California con su grupo Mad dog, alternando con su admirador y poeta gótico Johnny Indovina de Human Drama. Con saber que anda vivo y activo nos bastaría.